La Arquidiócesis de Maracaibo (Venezuela), fue consagrada al Inmaculado Corazón de María, con una Misa presidida por el Arzobispo local, Mons. Ubaldo Santana, y a la que asistieron miles de fieles.

La ceremonia tuvo lugar el pasado 13 de octubre, día en que la Iglesia conmemoró los 100 años de la última aparición de la Virgen de Fátima y el "milagro del sol".

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Fieles participan en procesión de la Virgen de Fátima en Maracaibo (Venezuela) / Foto: Paolo Di Nunno

Junto a sacerdotes, religiosos, seminaristas y fieles, Mons. Santana dirigió el acto de Reparación y Desagravio realizado en la Catedral de Maracaibo, de donde salió la procesión de la Virgen de Fátima hasta la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, donde se celebró la Eucaristía.

"Hoy 13 de octubre, día de la última aparición y del milagro del sol, delante de muchas personas, en un acto que será replicado en muchas parroquias de la Iglesia local; sacerdotes, laicos, diáconos, seminaristas estamos haciendo nuestra consagración personal a María; que se apareció en Fátima hace 100 años y se ha hecho presente en diversas partes del mundo y en todas con un único corazón materno. Hoy queremos confluir hacia ese corazón que nos atrae", expresó Mons. Santana.

Virgen de Fátima / Foto: Paolo Di Nunno

El Prelado recordó que en su segunda aparición la Virgen le dijo a Sor Lucía –entonces una niña de 10 años–, que era voluntad de Cristo "establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón", una devoción en el que las personas encontrarían refugio y el "camino que los conducirá a la salvación". "Al final mi Corazón Inmaculado triunfará", afirmó entonces la Madre de Dios.

En ese sentido, Mons. Santana aseguró que "esta consagración es un faro de amor maternal que prendemos, cada uno con las pequeñas velitas de nuestra consagración. Y con ella María nos dice 'los tengo en mi corazón, allí cabe todo el mundo'".

Ante los fieles reunidos en la Basílica de Chiquinquirá, el Prelado dijo que "nos toca repetir la consagración y vivir como verdaderos hijos de María".

Mons. Ubaldo Santana, Arzobispo de Maracaibo / Foto: Paolo Di Nunno

"Todos estamos consagrados desde el bautismo, por eso debemos vivir en la vecindad de la cercanía de Dios", recordó Mons. Santana. En ese sentido, explicó que el acto del pasado 13 de octubre es un renovar el compromiso de bautismo.

"Esta consagración es una vitalización a través de la reconciliación, es decir, nos impulsa a un verdadero arrepentimiento y a vivir en la gracias de Dios", aseguró.

Fieles participan en Misa de Consagración al Inmaculado Corazón de María / Foto: Paolo Di Nunno

"En esta participación nos hacemos más comunidad, más misericordiosos, compasivos, generosos, y acudimos al Señor de manera personal. Es un compromiso de cultivar las familias, que son pequeñas iglesias domésticas, como una nueva estirpe", añadió.

Finalmente, el Arzobispo de Maracaibo invitó a los venezolanos a vivir como verdaderos consagrados, recordando que "en los frutos y signos de santificación y salvación en nosotros y en nuestras vidas, sería el triunfo del Inmaculado Corazón anunciado por ella misma en Fátima".

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