Portugal aprobó recientemente una permisiva legislación con los vientres de alquiler que ha tenido un triste "efecto llamada" entre los españoles, en donde esta práctica no está autorizada.
El pasado 31 de julio Portugal se convirtió en el tercer país europeo en regular los vientres de alquiler. Entre los 28 Estados de la Unión Europea, tan sólo permiten este proceso Grecia y Reino Unido, mientras que ha sido prohibido de manera explícita en Francia y Alemania.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Esta legislación lusa puntualiza que "es posible recurrir a la gestación subrogada, pero solo se aplicará en situaciones absolutamente excepcionales y con requisitos estrictos".
En España los vientres de alquiler no están legalizados, por lo que debido a la cercanía con Portugal y su regulación permisiva con las leyes extranjeras está teniendo un "efecto llamada" entre las parejas españolas.
Hasta ahora y en tan sólo pocos meses, el Consejo Nacional de Procreación Médicamente Asistida de Portugal (CNPMA), ha recibido más de medio centenar de solicitudes de portugueses y no portugueses, entre ellos numerosas parejas españolas.
Justo Aznar, director del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, aseguró a ACI Prensa que "hasta ahora la gran mayoría de las parejas o personas españolas que recurren a la maternidad subrogada lo han hecho en Estados Unidos".
Por eso Aznar precisó que "por su proximidad con España, es posible que Portugal pueda convertirse en un lugar de turismo reproductivo en Europa, pues seguramente es de más fácil acceso que Ucrania y Grecia".
La particularidad de la aprobación de los vientres de alquiler en Portugal es que permite a los extranjeros acceder al procedimiento. Tan sólo es necesario cumplir los requisitos médicos establecidos por la legislación.
Dichos requisitos para los solicitantes extranjeros son: tener infertilidad diagnosticada por un médico, que el tratamiento de reproducción asistida se realice en un centro médico en Portugal y que los documentos legales relacionados con el proceso estén redactados en portugués.
De esta manera, la madre gestante tan solo debería viajar para el tratamiento y las evaluaciones y posteriormente dar a luz.
En la ley lusa también se precisa que recurrir a un vientre de alquiler "solo será posible de manera gratuita y en los supuestos en que la ausencia de útero y una lesión o enfermedad de este órgano impidan de forma absoluta el embarazo de una mujer".
Pero no hay modo de comprobar que las madres gestantes no están recibiendo una remuneración en dinero no declarado o especies.
El director del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia aseguró a ACI Prensa que "al margen de la consideración económica, a nuestro juicio, aunque a la maternidad subrogada puede ser realmente altruista, cosa que no siempre se da, lo que es indudable es que con esta práctica también se cosifica al niño y a su madre, pues a éste se le pueden exigir estándares de calidad, que si no son alcanzados pueden afectar a sus derechos fundamentales, e incluso a su vida; por otro lado, la mujer gestante pasa a ser puro recipiente para otro, convirtiéndose objetivamente en objeto portador del deseo de ese otro".
También te puede interesar:
Feminista española explica 6 motivos para rechazar vientres de alquiler https://t.co/bO1Rjg6KlH
- ACI Prensa (@aciprensa) 13 de febrero de 2017