Este sábado 23 de septiembre se realizará en Oklahoma, Estados Unidos, la Misa de beatificación del P. Stanley Rother, un sacerdote mártir que defendió a los indígenas de Guatemala y que fue conocido en ese país como "Padre Francisco".
En una columna escrita en el Southern Nebraska Register el 22 de septiembre, el Obispo de Lincoln, Mons. James Conley, señala que "confiar en Dios puedes ser riesgoso incluso en tiempos peligrosos".
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P. Stanley Rother. Foto: Arquidiócesis de Oklahoma
"Ser valiente requiere conocer al Señor. Conocerlo requiere oración. No todos nosotros estamos llamados al martirio, como el Padre Stanley Rother; pero cada uno de nosotros está llamado a confiar en el Señor, conocerlo, amarlo y servirlo con coraje", resaltó el Prelado.
El sacerdote, recordó el Obispo, "caminaba hacia el peligro, incluso cuando otros se lo advertían. En el corazón de su valentía y confianza, él estaba en intimidad con el Señor en oración".
El 28 de julio 1981, cuando Guatemala estaba en guerra civil, el sacerdote fue despertado al grito de ""Padre, han venido por usted" pronunciado por una persona que fue conducida a punta de pistola hasta su habitación.
Lo esperaban tres hombres enmascarados conocidos como "ladinos", los hombres que masacraban a los indígenas y los campesinos pobres. Eran conocidos por sus secuestros y ahora querían "desaparecer" al P. Stanley.
Él se resistió, no quería poner en peligro a la misión de la parroquia. Luchó durante 15 minutos hasta que le dispararon dos veces. Así murió.
Stanley Francis Rother nació en un pequeño pueblo llamado Okarche, ubicado en el estado de Oklahoma en Estados Unidos.
El joven llevaba una vida sencilla y trabajaba en la granja familiar. Al estar rodeado de sacerdotes sintió el llamado de Dios y partió al seminario.
Mientras estaba en el seminario, San Juan XXIII pidió a Iglesia en Estados Unidos que envíe ayuda y que establezca misiones en Centroamérica. En respuesta a ese llamado, la diócesis de Oklahoma y la diócesis de Tulsa fundaron una misión en Santiago Atitlán, una comunidad indígena muy pobre en Guatemala.
Unos años después de haberse ordenado, el P. Stanley aceptó la invitación de unirse a la misión. Ahí pasó los siguientes 13 años de su vida.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 19 de febrero de 2016