La Santa Sede presentó el documento Educar al Humanismo Solidario, con el que propone las líneas principales de una educación pensada en promover el bien común.
En la presentación del documento, que tuvo lugar en el Vaticano el viernes 22 de septiembre, el Prefecto de la Congregación para la Educación, Cardenal Giuseppe Versaldi, señaló que "el documento subraya la urgente necesidad de humanizar la educación, favoreciendo una cultura del encuentro y del diálogo".
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Para llevar a cabo ese objetivo, es necesaria "la globalización de la esperanza guiada por el mensaje de salvación y de amor de la revelación cristiana. La solidaridad y la fraternidad resultantes de esta transformación personal y social serán la base para un proceso inclusivo con la intención de influir en los estilos de vida y sobre los paradigmas económicos y ambientales".
El documento presentado se sitúa entre dos aniversarios muy importantes para el Magisterio: el 50 aniversario de la declaración conciliar sobre la educación cristiana Gravissimum educationis, y el 50 aniversario de la encíclica Populorum progressio.
En este sentido, el Cardenal Versaldi afirmó que "con este documento, la Congregación para la Educación Católica ha querido analizar aspectos de la Populorum progressio que en el curso de los años no se han considerado a fondo a pesar de no ser asuntos secundarios".
"Esto ha permitido una relectura orgánica según una visión educativa en un contexto difícil en el que el mensaje evangélico debe convivir con situaciones marcadas por el secularismo, el relativismo y el fundamentalismo".
El Cardenal destacó la importante labor que pueden desempeñan las escuelas y universidades católicas presentes en el mundo, unas 216.000 con más de 60 millones de estudiantes, en las que se contribuye al esfuerzo compartido "por medio de una oferta formativa que sea capaz de integrar ciencia y conciencia".
Por lo tanto, "es ciertamente deseable la construcción de una red de cooperación más integrada con el objetivo de hacer converger la iniciativa educativa y de investigación con los fines del humanismo solidario, como subraya la Populorum progressio".
"De esta manera, la universidad y la escuela católica estarán capacitadas para responder mejor a las emergencias y a los retos con programas concertados e investigaciones compartidas. Las orientaciones presentes en este documento pueden ser una ayuda para hacer crecer la cooperación educativa".
Por su parte, el Secretario de la Congregación para la Educación, Mons. Angelo Vincenzo Zani, explicó que el documento "está dirigido a todas las personas que están comprometidas con el campo de la formación, desde la escuela a la universidad".
"Los contenidos que propone, con un lenguaje sencillo y directo, hacen referencia a tres fuentes principales: la Declaración del Concilio Vaticcano II Gravissimum educationis, a la encíclica de Pablo VI Populorum progressio y al magisterio del Papa Francisco, en particular la encíclica Laudato sì'". "Estas fuentes constituyen la clave de la lectura de nuestro documento".
Señaló que "la Iglesia quiere ofrecer una educación que permanezca fundamentada en una antropología inspirada en los valores evangélicos con los cuales promueve la visión cristiana del mundo, asumiendo los valores naturales en la consideración completa del hombre redimido por Cristo, así como de llevar el bien a toda la sociedad".
De los contenidos propuestos por el documento del Dicasterio, destacó tres propuestas principales:
1.- Humanizar la educación
El documento incide en que "la educación debe estar al servicio de un nuevo humanismo para promover a toda la humanidad y a sus objetivos más altos. Humanizar la educación significa poner a la persona en el centro de la educación, en un cuadro de relaciones que constituyen una comunidad viva, interdependiente, vinculada a un destino común y, de esta manera, cualifica el humanismo solidario".
En este sentido, el documento hace hincapié en la necesidad de actualizar "el pacto educativo entre las generaciones, partiendo de la familia para llegar al conjunto del cuerpo social".
Por otro lado, "humanizar la educación significa ocuparse de los resultados del servicio formativo considerando el cuadro complejo de actitudes personales, morales y sociales de todos los sujetos que participan en el proceso educativo: docentes, estudiantes, instituciones, lugares y espacios de encuentro, para una educación que no sea selectiva, sino abierta a la solidaridad".
2.- Cultura del diálogo
El documento pide "promover una educación basada en la formación y en la cultura del diálogo. Es propio de la naturaleza de la educación la capacidad de construir las bases para un diálogo pacífico y permitir el encuentro en la diversidad para edificar el bien común", afirmó Mons. Zani.
3.- Una inclusión verdadera
El Secretario de la Congregación afirmó también que "el desafío principal y prioritario de la educación no es la elección de las clases dirigentes, sino conseguir que cada ciudadano se sienta activamente partícipe de la construcción del humanismo solidario a partir de un cuadro de instancias éticas y de normativa compartida. La inclusión debe proceder a extenderse a la entera familia humana", se insiste en el documento.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 22 de septiembre de 2017