El Papa Francisco bromeó con un joven brasileño que asistió a la audiencia que concedió en el Vaticano a miembros de la Comunidad Católica Shalom.

El Santo Padre, argentino y amante del fútbol, preguntó al muchacho por un tema sobre el que muchos debaten. Le dijo: "Hablaste en portugués, en brasileiro. Tengo que hacerte una pregunta: ¿quién es mejor, Pelé o Maradona?".

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El resto de fieles congregados en el Aula irrumpió con una fuerte ovación mientras el joven contestaba: "¡Pelé, Pelé!".

Esta broma es un ejemplo de la cercanía y del clima distendido en que se desarrolló toda la audiencia, en la que también se trataron temas importantes para los jóvenes.

El joven brasileño, Matheus, de 22 años, contó al Santo Padre que durante mucho tiempo sufrió una fuerte adicción a las drogas, y que gracias a un grupo de misioneros logró superarla. Ahora se encuentra en un proceso de discernimiento vocacional.

El Papa felicitó al joven por su rehabilitación y le animó, para ayudar a su discernimiento, a convertirse él también en misionero de la Buena Noticia que él recibió: la misericordia.

Francisco advirtió que el drama de las drogas "genera jóvenes totalmente desarraigados, sin compromisos reales, sin verdaderos compromisos de carne, porque en la droga, ni tu propio cuerpo sentís".

Además de la broma sobre Pelé y Maradona, el Papa realizó más comentarios que provocaron la risa y los aplausos de los asistentes.

Al comenzar la audiencia reconoció que unos instantes antes había preguntado si podría hablar en español en vez de italiano. Al final optó por expresarse en español pues "así me puedo expresar mejor". Además, "hablando en español se habla un poco de 'portuñol', y un poco de 'cocoliche', que es italiano y español juntos, así que con el español nos arreglamos".

En otro momento, cuando hablaba de dar gratuitamente los dones que Dios había concedido gratuitamente, se dirigió a los congregados y les preguntó: "¿De acuerdo?". El público, un poco sorprendidos ante la pregunta tan directa, contestaron con un "sí" débil. Entonces, el Papa se llevó las manos a la cabeza y comentó entre risas: "Ay, Dios mío. Cómo están. Parece que yo en vez de darles ánimos les estoy dando un calmante nervioso para dormirlos".

Por último, finalizada su intervención, el Papa Francisco cedió la palabra a Moysés Azevedo, fundador de la Comunidad Católica Shalom.

Sin embargo, antes de que empezara a hablar, el Santo Padre volvió a dirigirse a los fieles: "Me quedó una duda al final, en la última pregunta, en el diálogo entre jóvenes y ancianos: Moysés, ¿es joven o es anciano?". Moysés, visiblemente divertido por la broma del Pontífice, entró al juego y contestó: "Soy como usted, Santo Padre, soy como usted".

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