Un prominente ensayo de la publicación jesuita La Civiltá Cattolica sobre la religión y la política estadounidenses continúa provocando respuestas de los críticos, preocupados porque sus dos autores malinterpreten fundamentalmente la situación de los católicos en los Estados Unidos.
"Su ensayo es malo, pero importante", dijo el columnista del New York Times Ross Douthat el 2 de agosto, al señalar que su aparente intención es advertir sobre el apoyo católico a "las tendencias más oscuras del Trumpismo" como la xenofobia, la estigmatización de los enemigos, y una "visión cruda del islam".
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Para Douthat, sin embargo, la comprensión de la religión estadounidense por parte de los autores del artículo de la Civiltá Cattolica "parece comenzar y terminar con búsquedas de Google y tratados anti-evangélicos". En su opinión, la secularización y la polarización política han hecho que el lugar de los católicos en los Estados Unidos "más difícil y desconcertante".
Tanto el apoyo católico a Trump como las críticas católicas más radicales "no son la culminación de la alianza católico-evangélica, sino más bien una reacción a sus fracasos políticos y culturales, así como a los fracasos de la política religiosa liberal".
El 13 de julio, la revista jesuita La Civiltá Cattolica publicó un análisis firmado por su editor, P. Antonio Spadaro; y Marcelo Figueroa, el pastor protestante y redactor jefe de la edición argentina de L'Osservatore Romano, el diario de la Ciudad del Vaticano.
El artículo se titula "Fundamentalismo Evangélico e Integrismo Católico en los Estados Unidos: un ecumenismo sorprendente", y alega que muchos cristianos conservadores se han unido para promover un "ecumenismo de odio" en políticas que contradicen el mensaje de misericordia del Papa Francisco.
Además, los autores afirmaron que los "fundamentalistas evangélicos" y los "integristas católicos" se están reuniendo en un "sorpresivo ecumenismo" por un deseo compartido de influencia religiosa en la política.
Douthat dijo que los autores del ensayo parecían estar motivados por "miedo e ignorancia".
Su ataque a las posiciones amistosas de Trump expande y confunde "tendencias políticas y religiosas muy diferentes, entregándose a la paranoia sobre oscuros protestantes teocráticos y los sitios web católicos, y finalmente criticando todo tipo de conservadurismo religioso estadounidense".
Su crítica incluye "la largamente antipolítica Opción Benedicto y el activismo pro vida exageradamente apoyado por los predecesores del Papa Francisco".
"Nada de esto tiene sentido", dijo Douthat. "La alianza evangélico-católica post 1970 ha sido defectuosa de varias maneras, pero no es teocrática ni iliberal".
Dijo que tanto católicos como protestantes estadounidenses sienten que "sus líderes y pensadores han pasado décadas reuniéndose para la república, tratando de lograr su renovación moral y política ... solo para ver las virtudes republicanas en decadencia, el liberalismo volviéndose hostil a la fe religiosa y el capitalismo democrático llevando desilusión y distanciamiento".
Douthat vio un aumento en la "desilusión y falta de hogar" entre los pensadores católicos. Los enfoques católicos más antiguos de la política parecen estar fuera de energía e influencia. El liberalismo occidental parece "una vez más hostil a la religión tradicional y acosado por contradicciones internas", lo cual parece hacer el momento "maduro para un re-pensamiento católico serio".
Tanto la retórica del Papa Francisco como entre los agitados católicos norteamericanos son indicios de que la política estadounidense está en un punto de transición. Douthat argumentó que el P. Spadaro y el reverendo Figueroa se perdieron esto.
"En su evidente paranoia acerca de lo que están haciendo los estadounidenses, ustedes ven un espíritu diferente: el temor a la novedad y la disrupción, y el deseo de una iglesia que es primeramente una administradora de la paz social, una presencia suave y ecuménica, un pilar moderado del establishment en una era estable y permanentemente liberal ", afirmó Douthat, diciendo que aquellos que desean una Iglesia así necesitan hacerlo mejor para entender "por qué tantos de sus rebaños, en Europa y los Estados Unidos, encuentran esta visión insuficiente para los tiempos".
El comentarista católico George Weigel, investigador del Centro de Ética y Políticas Públicas y autor de las biografías más conocidas de San Juan Pablo II, cuestionó la decisión de publicar el ensayo.
Escribiendo en First Things el 2 de agosto, Weigel señaló que La Civiltá Cattolica se lee a menudo porque es examinada por la Secretaría de Estado. Se asume que sus artículos tienen un estatus de "cuasi oficial" y se cree comúnmente que "reflejan el modo de pensar del pontificado actual".
"¿Qué tipo de escrutinio tuvo este artículo? ¿Fue consultado algún experto conocedor del catolicismo de los Estados Unidos o del protestantismo evangélico estadounidense sobre lo que los supervisores debían saber sería una pieza incendiaria?
Si el artículo representa realmente las opiniones de la Secretaría de Estado, señaló Weigel, se preguntó cómo interpretar el discurso del nuncio apostólico en los Estados Unidos, el Arzobispo Cristophe Pierre, cuyo discurso a los obispos estadounidenses "no tiene semejanza con el páramo de descabellada pseudo-teología y odio".
Weigel resumió con aprobación a otros críticos del artículo por una "mala representación mal informada de la historia religiosa estadounidense"; por "descripciones surrealistas" del catolicismo del siglo XXI y el protestantismo evangélico; sus "obsesiones con figuras marginales en la vida religiosa estadounidense contemporánea"; y su "mala interpretación" de cómo la religión informa el debate público en Estados Unidos
Él sugirió que la revista y la credibilidad de la Secretaría de Estado podrían ser mejor servidas cortando la conexión, advirtiendo que las interpretaciones del artículo "levantan profundamente preguntas inquietantes sobre la competencia de ambas partes".
El New York Times describió el ensayo de la Civiltá Cattolica como "Un disparo vaticano sobre la proa para los católicos de línea dura de los Estados Unidos". El ensayo ha dibujado suscitado defensores en publicaciones tales como Commonweal Magazine y el National Catholic Reporter.
Sin embargo, los editores de Commonweal Magazine, que no son simpatizantes con el conservadurismo de los Estados Unidos, también están entre los críticos.
En un editorial del 25 de julio, describieron el ensayo como "una mezcolanza de afirmaciones salvajes y erróneas, hechas en un estilo inconexo, casi impenetrable", cuyos autores "parecen ignorantes de la historia religiosa estadounidense".
Dijeron que el ensayo fue una "oportunidad perdida" para criticar el uso político de la religión en una forma que podría involucrar "aquellos que no todavía no tienen oídos para escuchar".
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- ACI Prensa (@aciprensa) 21 de julio de 2017