La comisión diocesana de Servidores del Altar- también conocidos como acólitos o monaguillos- de la Diócesis de Villarrica, en el sur de Chile, está impulsando un trabajo colaborativo entre las diferentes comisiones de acólitos a nivel del país para sentar las bases de una futura Pastoral Nacional.
Apoyados por el Obispo de Villarrica, Mons. Francisco Javier Stegmeier, la comisión diocesana ya comenzó a establecer vínculos con otras diócesis para generar una instancia estable de trabajo, compartir propuestas metodológicas y realizar actividades en conjunto.
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La Iglesia en Chile tiene comisiones y comunidades de acólitos, pero carece de una pastoral nacional que permita organizar, unificar criterios y fortalecer lazos y experiencias, lo que a juicio del asesor diocesano de Servidores del Altar de Villarrica, P. Pablo Fernández- Martos, "es una limitante" para el trabajo coordinado entre acólitos.
"Nuestra intención es aspirar a una cooperación interdiocesana que permita ayudarnos mutuamente, enriquecernos, ofrecernos material de apoyo y trabajo que ayude a las parroquias a desarrollar esta labor de manera más eficiente", explicó.
El proyecto busca apoyar el trabajo de los guías de las comunidades de monaguillos, formar integralmente a niños y jóvenes, potenciar el espíritu misionero y fomentar la vocación a la vida religiosa y sacerdotal.
"La experiencia nos dice que la pastoral de Servidores educa mucho en la formación litúrgica, acerca a los niños a la Eucaristía y de esa manera, también propicia vocaciones", agregó el P. Fernández-Martos.
El acolitado, continuó el sacerdote, es "vivir una experiencia de acercamiento e intimidad con Jesús en la Eucaristía, el privilegio de servir Dios muy de cerca y al mismo tiempo abrir el corazón a la posibilidad de consagración también, porque en ese ámbito es donde muchas veces surge la pregunta: Si yo puedo vivir esta misma vida".
El coordinador del proyecto interdiocesano, Andrés Arezo, explicó a ACI Prensa que "esta iniciativa es fruto de las buenas experiencias que ha tenido Servidores del Altar en los últimos años. Entonces buscamos contagiar esa experiencia a otras diócesis para unificar las distintas comisiones diocesanas en el país y también motivar la creación de otras donde no haya.
"Por ejemplo, tenemos muchas actividades formativas y no sólo hemos invitado a participar a los acólitos sino también a sus padres. Reforzamos así el compromiso y espiritualidad de toda la familia", manifestó.
Andrés explicó que desde su propia experiencia como servidor del altar hace 21 años, "es un privilegio y una experiencia maravillosa poder servir de tan cerca la Eucaristía, esto es servir a Cristo. Además, uno se fortalece con la experiencia de haber trabajado con sacerdotes que te enseñan y marcan tu vida", finalizó.
Conozca más de los Servidores del Altar y del proyecto interdiocesano
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