"¡No más víctimas!", fue la exhortación de Mons. Gustavo Garcia-Siller, Arzobispo de San Antonio, Texas (Estados Unidos), tras conocer el caso de los diez migrantes fallecidos por asfixia o exposición al calor, al estar encerrados por largo tiempo dentro de un camión junto a otras decenas de personas.
En un comunicado publicado el 23 de julio, Mons. Garcia-Siller dijo que "no hay palabras para transmitir la tristeza, desesperación, y sí, incluso ira, que sentimos" tras conocer las muertes de "víctimas de contrabando o tráfico de personas" debido al "agotamiento y asfixia por calor durante la noche en San Antonio".
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"Esta es una tragedia incomprensible", señaló.
Avanzada la noche del 22 de julio, un empleado de Walmart de San Antonio se acercó a un camión estacionado en el exterior de la tienda, al escuchar un pedido de agua. Tras alcanzarle algo de beber a la persona que lo solicitó, el trabajador llamó al 911.
Al llegar, las autoridades encontraron alrededor de 30 personas con vida y 8 fallecidos.
En la zona, incluso durante la noche, las temperaturas alcanzan picos de 35 grados centígrados.
De las 30 personas encontradas con vida, 20 se encontraban en estado crítico. Con el paso de las horas, el número de muertos llegó a 10, entre ellos dos niños de edad escolar.
El Alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg, señaló en un comunicado que "esta tragedia resalta la difícil situación que muchas veces los inmigrantes tienen que pasar en busca de una mejor vida y de las víctimas de la trata de personas".
"Mientras trabajamos para coordinar una respuesta humanitaria y legal a esta terrible tragedia, encuentro consuelo en la respuesta compasiva de nuestros primeros respondedores, profesionistas médicos y el flujo de apoyo de nuestra comunidad. Quiero agradecer al empleado de Walmart que proporcionó agua y llamó al 911, un acto que nos ayudó a prevenir más muertes".
Nirenberg señaló además que "nuestra respuesta debe servir como una lección para el mundo de que San Antonio no le dará la espalda a ningún hombre, mujer o niño necesitado".
Richard L. Durbin, Jr., Fiscal de Estados Unidos para el Distrito Occidental de Texas, calificó la situación encontrada por las autoridades de una "horrible escena", con "víctimas de crueles traficantes humanos indiferentes al bienestar de su frágil carga".
El Fiscal destacó que el calor del sur de Texas es intenso en esta época, y dijo que "estas personas estaban indefensas en las manos de sus transportadores. Imaginen su sufrimiento, atrapados en un remolque asfixiante, a más de 37 grados de calor".
Durbin señaló que el supuesto conductor del camión, identificado como James M. Bradley Jr., de 60 años, "está en custodia y será acusado".
Al mismo tiempo, aseguró que las autoridades continuarán su trabajo para "identificar a los que fueron responsables por esta tragedia".
Mons. Gustavo Garcia-Siller aseguró que "rezamos por estas víctimas y todas las víctimas de contrabando humano; que esta monstruosa forma de esclavitud moderna llegue a un rápido y definitivo final".
"Dios llora al ver esta realidad y muchas otras situaciones similares a esta a lo largo de nuestro país y alrededor del mundo", aseguró.
En base a los testimonios de sobrevivientes, las autoridades estiman que los migrantes fueron recogidos en varios lugares cercanos a Laredo, en Texas, y que en diversas partes del viaje habrían sumado entre 70 o hasta 200 las personas transportadas.
Entre los sobrevivientes y entre los fallecidos habría mexicanos y guatemaltecos. Al menos dos guatemaltecos estaban dentro del vehículo cuando fue encontrado por las autoridades.
Para el Arzobispo de San Antonio, las muertes del fin de semana son un llamado de atención para todos, incluyendo a las iglesias y a las autoridades civiles, para priorizar los temas migratorios y "verdaderamente trabajar juntos en nuevas formas que nos han eludido en el pasado para soluciones de sentido común".
"¡No más retrasos! ¡No más víctimas!", dijo.
La Conferencia de Obispos Católicos de Texas se unió a Mons. Garcia-Siller "para ofrecer sus sinceras condolencias a las familias de los migrantes que fueron trágicamente asesinados como víctimas de contrabando o tráfico humano".
Los Obispos aseguraron además sus oraciones "para la curación de todos los que resultaron heridos".
En 2003, 19 migrantes fallecieron en Victoria, Texas, encerrados dentro de un camión. Fue una de los incidentes más letales relacionados al tráfico de personas en la historia reciente.
Con información de CNA.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 22 de julio de 2017