En una reciente declaración, los obispos católicos de Estados Unidos (USCCB) afirmaron que los jóvenes indocumentados traídos a Estados Unidos por sus padres contribuyen a la sociedad estadounidense y merecen protecciones continuas por parte del Gobierno de Trump, por ello no debería ser deportados.
"Estos jóvenes entraron a Estados Unidos como niños y conocen este país como su único hogar. La dignidad de cada ser humano, particularmente la de nuestros hijos y jóvenes, debe ser protegida", indica en un comunicado del 18 de julio el Presidente del Comité de Inmigración de la USCCB, Mons. Joe S. Vásquez.
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El programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés) fue implementada en 2012 por el Departamento de Seguridad Nacional para abordar la situación de los inmigrantes indocumentados traídos a los Estados Unidos a edad temprana.
El programa entrega a más de 750 mil jóvenes un alivio temporal de la deportación y la autorización para acceder a un empleo legal en Estados Unidos.
Los jóvenes que califican en el programa son "contribuyentes a nuestra economía, veteranos de nuestro ejército, destacados académicos en nuestras universidades y líderes en nuestras parroquias", aseguró el Obispo de Austin en el estado de Texas.
Al respecto, Mons. Vásquez instó al gobierno de Trump a continuar con el programa y "asegurar públicamente que los jóvenes del DACA no son prioritarios para la deportación".
Según señala el periódico Politico, a finales de junio, el Fiscal General de Texas, Ken Paxton, junto con abogados generales de otros nueve estados, envió una carta al Procurador General de los Estados Unidos, Jeff Sessions, exigiendo que la administración de Trump terminara la política del DACA.
La carta amenazaba con cambiar una demanda contra otro programa de aplazamiento de deportación con el fin de apuntar a esta política.
Frente a esto, Mons. Vásquez se dirigió a los jóvenes del DACA y sus familias: "sepan que la Iglesia Católica se solidariza con ustedes".
"Reconocemos su valor intrínseco como hijos de Dios", afirmó el Obispo.
"Entendemos la ansiedad y el miedo al que se enfrentan y apreciamos y aplaudimos las contribuciones diarias que se hacen a las comunidades y parroquias locales, y a nuestro país. Nosotros le apoyamos en su viaje para alcanzar su potencial dado por Dios", sostuvo.
El Prelado también subrayó que el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia no es una solución permanente y pidió al Congreso que encuentre una solución legislativa para estos jóvenes "tan pronto como sea posible".
"Mis hermanos obispos y yo prometemos esfuerzos continuos para ayudar a encontrar una solución humana y permanente que proteja a los jóvenes del DACA", dijo el Presidente del Comité de Inmigración de la USCCB.
"Además, noto la urgencia moral de una reforma migratoria integral justa y misericordiosa. Los obispos abogarán por estas reformas porque creemos que promoverán el bien común", agregó.
Traducido y adaptado por Bárbara Bustamante. Publicado originalmente en CNA.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 19 de junio de 2017