Un grupo de científicos comprobaron que la Sábana Santa de Turín (Italia) muestra signos de sangre de una víctima de tortura y desmiente los argumentos de que el manto que habría envuelto el cuerpo de Jesucristo fuera pintado.
La investigación, que confirma las hipótesis de investigaciones anteriores, como la del bioquímico Alan Adler en los 90, fue llevada a cabo por el Istituto Officina dei Materiali en Trieste y el Instituto de Cristalografía de Bari, ambos bajo el Consejo Nacional de Investigación de Italia, así como el Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Padua.
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El estudio fue publicado el 30 de junio por la revista científica PlosOne bajo el nombre "New Biological Evidence from Atomic Resolution Studies on the Turin Shroud" (Nueva evidencia biológica de los estudios de resolución atómica en la Sábana de Turín), y se basó en pruebas experimentales de estudios de resolución atómica y estudios médicos recientes sobre pacientes que sufrieron múltiples actos de trauma y tortura.
"Las partículas muy pequeñas adheridas a las fibras de lino del sudario han registrado un escenario de gran sufrimiento, cuya víctima estaba envuelta en el paño funerario", dijo Elvio Carlino, jefe de la investigación y experto del Instituto de Cristalografía.
Estas partículas, llamadas "nanopartículas", tenían una "estructura, tamaño y distribución peculiares", precisó luego Giulio Fanti, profesor de la Universidad de Padua.
Las nanopartículas no son típicas de la sangre de una persona sana. Sino, por el contrario, muestran altos niveles de sustancias llamadas creatinina y ferritina, que se encuentran en pacientes que sufren traumas múltiples fuertes como la tortura.
"Por lo tanto, la presencia de estas nanopartículas biológicas encontradas durante nuestros experimentos apuntan a una muerte violenta para el hombre envuelto en la Sábana de Turín", añadió Fanti.
Los hallazgos contradicen las afirmaciones de que el manto es un objeto pintado; afirmaciones que son comunes entre los que sugieren que es una falsificación medieval. Las características de estas partículas "no pueden ser artefactos hechos a lo largo de los siglos en el tejido de la Sábana Santa", dijo Fanti.
Entre las reliquias más conocidas que se cree están conectadas con la Pasión de Jesucristo, la Sábana Santa de Turín ha sido venerada durante siglos por los cristianos como el paño funerario de Jesús. También fue objeto de intensos estudios científicos para comprobar su autenticidad y sus orígenes.
La Sábana Santa es una fina pieza de 463 centímetros de largo por 113 de ancho, que lleva la una imagen débilmente manchada de un hombre brutalmente torturado y crucificado. La imagen se vuelve clara en una foto negativa.
El estudio de las partículas tuvo lugar en la nanoescala, que va de 1 a 100 nanómetros. Un nanómetro es una billonésima de un metro.
"Estos hallazgos solo podrían ser revelados por los métodos recientemente desarrollados en el campo de la microscopía electrónica", dijo Carlino, y agregó que la investigación marcó el primer estudio de "las propiedades a nanoescala de una fibra impoluta extraída de la Sábana de Turín".
Aunque la Iglesia no tiene una postura oficial sobre su autenticidad, el Sudario o Síndone se encuentra actualmente en la Catedral de San Juan Bautista de Turín. En su visita del 21 de junio de 2015 al templo, el Papa Francisco oró ante de ella.
"La Sábana Santa nos atrae (a nosotros) hacia el rostro y el cuerpo martirizado de Jesús. Al mismo tiempo, nos empuja hacia el rostro de cada sufrimiento y persona injustamente perseguida. Nos empuja en la misma dirección que el don del amor de Jesús", dijo el Pontífice tras el rezo del Ángelus en Turín.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 18 de mayo de 2017