Este año el P. Matthew Keller, un aficionado a los automóviles clásicos, rifó un convertible Pontiac Firebird de 1969 que él mismo restauró en un taller mecánico, para apoyar a los seminaristas de la Diócesis de Gallup en Nuevo México (Estados Unidos).
El automóvil clásico, rifado por el proyecto diocesano para apoyar las vocaciones sacerdotales "V8s for Vocations", fue adquirido por Debbie Diaz Vazquez, de la ciudad de Phoenix (Arizona), el sábado 17 de junio.
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"Gracias a todos los que participaron en el sorteo y apoyó el programa de restauración. El 100% de los ingresos proporcionarán ayuda a los hombres que se están formando como sacerdotes y para fomentar las vocaciones en la diócesis", dijo V8s for Vocations en un comunicado.
"Nuestro programa de restauración de coches es un faro de luz en un lugar remoto y olvidado de los Estados Unidos. Esto no es solo un coche, es un símbolo gigante de esperanza", añadió.
En 2016, el P. Keller remodeló y donó un Chevelle de 1972, con el que se recaudó 140 mil dólares para los seminaristas de la que podría considerarse como una de las diócesis más pobres del país.
El presbítero, ex director de vocaciones, y ahora rector de la catedral Sacred Heart Cathedral y vicario general de la Diócesis de Gallup, señaló recientemente que apenas tienen entre 35 y 40 sacerdotes para 60 parroquias, y que se necesita cerca de 30 mil dólares para los estudios de cada nuevo seminarista.
La idea de V8s for Vocations nació en 2014, cuando el P. Keller pensaba en un proyecto para la construcción de la comunidad para los seminaristas. Fue entonces cuando unos amigos le sugirieron redescubrir su antigua afición y que restaure un auto con ellos.
"La verdad es que soy un hombre muy aficionado a los carros. La idea comenzó a girar en torno a lo que sería un edificio para la fraternidad, que era un proyecto de formación humana. Entonces esa idea vino a mí. Yo estaba como 'wow, esto (el auto) sería una gran forma de recaudar para la oficina de vocaciones'", dijo el P. Keller a ACI Prensa en noviembre de 2015.
Cuando el presbítero era adolescente, trabajó como mecánico junto con su padre y su medio hermano. Al ingresar al seminario vendió su "hot rod" –un auto clásico modificado– y dejó atrás ese pasatiempo, sin pensar lo que pasaría años después.
Con el proyecto en marcha en junio de 2014, el P. Keller junto un grupo de seminaristas de Gallup restauraron el primer vehículo, el cual había sido encontrado por un amigo suyo de la escuela.
"Era un Chevelle modelo ´72 tipo deportivo. Encontramos un donante que lo compró de inmediato y nos lo dio para que empecemos a trabajar en él de inmediato", indicó el P. Keller.
Con la ayuda de un equipo donado, el garaje en la parte trasera de la Catedral del Sagrado Corazón de la diócesis se convirtió en un taller mecánico, donde los seminaristas y otros aficionados a los autos que ofrecieron su ayuda -católicos y no católicos-, ayudaron a modernizar el Chevelle.
Pero la recaudación de fondos también le dio una lección personal: "yo me fui al seminario, pensando que esos pasatiempos que debía dejarlos atrás. Pero había una razón para esos intereses, y Dios lo sabía".
"Él sabía que esos años que pasé en el camino de los autos, los iba a utilizar para construir el Reino de Dios. Eso fue una gran lección, para mí, de no olvidar que Dios toma todos nuestros dones, nuestros talentos y nuestros intereses y los utiliza", aseguró el presbítero.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 3 de noviembre de 2015