El Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera, alentó a los cristianos a no vivir su fe "con una especie de complejo de inferioridad".
En la homilía de la Misa que presidió el 18 de junio, el Cardenal Rivera señaló que "en estos tiempos en que tanto se habla de autenticidad, sería un contrasentido que los creyentes ocultáramos las convicciones que ponen luz y esperanza en nuestras vidas".
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"Nuestra sociedad necesita estos mensajeros del Reino que Jesús envía por delante. Testigos que digan con su vida que la vida puede ser vivida con dignidad y confianza, con hondura y esperanza, con alegría y con positividad", dijo.
El Arzobispo Primado de México lamentó que en la sociedad actual "se proclama abiertamente que hay libertad de expresión y libertad religiosa", pero, al mismo tiempo, "paradójicamente los que proclaman dichas libertades ridiculizan y hostigan a los practicantes de su credo".
Por eso, señaló, "muchos cristianos terminan viviendo su fe con una especie de complejo de inferioridad. Se sienten creyentes en lo más hondo de su corazón, pero no se atreven a confesarlo ante los demás, ni en su propio ámbito profesional, ni en los círculos sociales donde se mueven".
El Cardenal mexicano subrayó que la "primera tarea hoy" del cristiano es "proclamar que el Reino de los cielos está cerca, que está en medio de nosotros, que Dios ha puesto su tienda de campaña junto a la nuestra, para acompañarnos en nuestro diario caminar, para darnos vida y felicidad".
El Evangelio, indicó, alienta a los cristianos " "'curar enfermos', es decir, liberar a las personas de todo lo que las paraliza, les roba vida y hace sufrir; sanar el espíritu y el cuerpo de todos los que se siente destruidos por el dolor y angustiados por la dureza despiadada de la vida diaria. 'Resucitar muertos', es decir, liberar a las personas de todo aquello que bloquea sus vidas y mata su esperanza; despertar de nuevo al amor a la vida, la confianza en Dios, la voluntad de lucha".
También estamos llamados, señaló, a "'limpiar leprosos', es decir, limpiarnos nosotros mismos y la sociedad en que vivimos de tanta mentira, hipocresía, convencionalismo y corrupción; ayudar a vivir con más verdad, sencillez y honradez", así como a "'arrojar demonios', es decir, liberarnos y ayudar a los hermanos a liberarse de tantos ídolos que nos esclavizan, poseen y pervierten nuestra convivencia".
El Arzobispo Primado de México expresó también su saludo a los padres por su día, y los alentó a ponerse "en la presencia de Dios Padre", para que "los ilumine, los fortalezca y los haga sentir la necesidad que tienen de conocer inteligente, social y cristianamente su oficio y la gran dignidad que han recibido".
Especialmente, los exhortó a abrir su corazón "ante el Padre que es todo amor y toda compasión para que derrame su amor en sus corazones".
El Cardenal Rivera recordó además a los padres que "su primera y principal misión, en el santuario del hogar que se les ha confiado, es el de proveer a la conservación, a la salud corporal, intelectual, moral y religiosa de la familia".
"Y este encargo que han recibido de Dios y de la misma naturaleza lleva consigo evidentemente el de defender y el de promover sus derechos sagrados, los derechos humanos de cada uno de los miembros de la familia, singularmente el derecho de cumplir sus obligaciones para con Dios y constituir, con toda la fuerza del término, una comunidad verdaderamente humana y cristiana", señaló.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 17 de mayo de 2017