Por Giselle Vargas
La comisión de Constitución del Senado de Chile continuará la discusión del proyecto de aborto, luego de votar a favor de las tres causales que lo componen, a pesar de ser advertidos sobre los vacíos que contiene y de la ideología de género que predomina el debate.
Promovido por la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y el pacto de gobierno de la Nueva Mayoría, al debate del aborto se le dio el carácter de "suma urgencia" lo que obliga a los senadores a despachar el documento en un máximo de 15 días.
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Luego de eso, el documento pasará a la comisión de Hacienda del Senado y posteriormente, a la votación de la Cámara Alta.
En la discusión del lunes 12 de junio se votó a favor de las dos primeras causales, que describen que se podrá acabar con la vida del no nacido cuando "la mujer se encuentre en riesgo vital" y cuando "el embrión o feto padezca una alteración estructural congénita o genética de carácter letal".
En tanto, este martes 13 se rechazó la propuesta presentada por los senadores Francisco Chahuán, de Renovación Nacional (RN) y Jacqueline Van Rysselberghe, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), quienes pedían eliminar la tercera causal, en el caso de violación.
En ambas sesiones, los miembros de la comisión que votaron en contra de las causales fueron los senadores: Hernán Larraín (UDI) y Alberto Espina (RN). Mientras que la aprobación estuvo en manos del presidente de la comisión de Constitución, Legislación y Justicia y miembro del Partido Por la Democracia, Felipe Harboe; Alfonso de Urresti, del partido Socialista y Pedro Araya, senador independiente.
Larraín sostuvo que "lamentablemente por razones ideológicas la comisión está avanzando en el aborto, instalando como un mero derecho de la madre" un proyecto que "por su generalidad prácticamente van a permitir cualquier tipo de aborto".
Se aprobó la causal de "inviabilidad fetal" en "circunstancias que no hay ningún médico que pueda garantizar que efectivamente un feto que está en el vientre de la madre adolece de una enfermedad que le asegura que va a morir", dijo Larraín.
"Esto va a permitir en todas las circunstancias que la madre lo quiera, simplemente con ese diagnóstico médico va a dar paso a quitarle a ese niño el derecho a vivir", agregó.
En relación a la causal del aborto por violación, Espina expresó que una mujer "no debe disponer del derecho a la vida de un hijo que lleva en su vientre materno, aún considerando lo dramático" de "un acto aberrante como lo es la violación".
En tanto, el Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Fernando Ramos, expresó que el proyecto de aborto "es una muy mala noticia para nuestro país, pues se estaría abriendo aún más la puerta para que el Estado arrebate a los ciudadanos su libertad para decidir a favor de la protección de la vida de un ser humano, frente a situaciones extremadamente importantes y graves".
A través de una columna en el diario El Mercurio, el también Obispo Auxiliar de Santiago se refirió a la objeción de conciencia que no será aplicable a las instituciones de salud y al personal sanitario que sea parte del proceso abortivo.
El médico podrá objetar en conciencia, salvo cuando la vida de la madre esté en riesgo y no exista otro profesional que pueda reemplazarlo; y cuando una mujer esté a punto de cumplir las 12 semanas de embarazo, fecha límite de la causal de violación.
"No es humano, ni democrático, ni cívico que el Estado imponga a parte del personal de salud, ni a nadie, una conducta que no solo va en contra de su discernimiento en conciencia, pues comprende con claridad que es un mal al que lo obligan, sino que también va en contra de su compromiso por custodiar y salvar la vida humana, lo que en sí mismo es un bien", agregó.
"No queremos un Estado que decida por nosotros, anulando nuestras conciencias y opciones por el bien y vulnerando nuestra libertad, sino más bien un Estado que nos ayude a personas e instituciones a desarrollar nuestras originalidades en pos del bien común, a hacer el bien posible y nunca dañar a otros", concluyó Mons. Ramos.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 7 de junio de 2017
Periodista, licenciada en Comunicación Social, Universidad del Desarrollo. Se ha especializado en comunicación eclesial. Se ha desempeñado como periodista en vicarías y proyectos del Arzobispado de Santiago y la Conferencia Episcopal de Chile. Respondiendo al llamado del Señor… en todo ‘Soli Deo Gloria’.