Mons. Konrad Krajewski tiene 53 años y desde el año 2013 cumple una función esencial en el pontificado del Papa Francisco: es su Limosnero y como tal se encarga de diversas tareas en las que hace concreto el incansable llamado del Pontífice a vivir la misericordia.
El Prelado de origen polaco, informa Radio Vaticano en su edición en portugués, ha decidido desde hace un tiempo poner su departamento a disposición de los migrantes que huyen de las regiones que se encuentran en guerra.
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Con esto, explica la emisora, el lugar que le queda para dormir es su oficina en el Vaticano. Esto, dice el Arzobispo, es un gesto "natural y espontáneo que no tiene nada de heroico". "El Evangelio nos enseña a ayudar a quien vive en la necesidad y la primera necesidad es la vivienda".
Centro san Lorenzo con Mons. Konrad Krajewski @diariotv2000 @TV2000it @antoniospadaro @vatican_va_it @AGisotti @CardRavasi pic.twitter.com/yVmYlAysym
- Andrea Giolivo (@AndreaGiolivo) 3 de marzo de 2017
Su decisión, comenta Radio Vaticano, se generó cuando en septiembre del año 2015 el Santo Padre pidió a toda las parroquias, monasterios y casas de religiosas acogieran al menos a un refugiado llegado a Roma proveniente de Siria o del norte de África.
Mons. Krajewski acoge en su departamento a diversos inmigrantes hasta que logran ser más independientes y encontrar una vivienda definitiva.
"Hace algunas semanas llegaron otras familias y, lo más bonito, es que por primera vez en mi casa, nació una bella niña. Confieso que me siento un poco como un abuelo, como un tío. Es la vida que prosigue, don de Dios", comenta el Prelado.
En noviembre de 2013, en diálogo con los periodistas, el Arzobispo explicó que la idea del Papa, cuando lo nombró Limosnero, fue que hiciera lo que él hacía como Arzobispo de Buenos Aires y salía a las calles a ayudar a los más necesitados.
"No te sentarás detrás del escritorio. Lo puedes vender. No esperes que la gente llame a tu puerta, ve a buscarla. Te quiero entre la gente para que lleves mi caricia a los pobres, a los desheredados, a los últimos", le dijo Francisco.
"Estos mis brazos, son limitados. Si los podemos alargar con los brazos de Conrado podemos tocar a los pobres de toda Italia. Yo no puedo salir, él, sin embargo, es libre", le dijo el Papa según refirió el Limosnero.
Prefiere que le llamen Don Conrado como suele llamarse en Italia a los sacerdotes, pese a ser Arzobispo y contó que el Papa bromeando también le dijo que "cuando alguien te llame 'excelencia' pídele un importe de cinco euros para los pobres".
"Cada vez que me ve el Papa, me pregunta si necesito dinero", explicó el Arzobispo, que relató que el Pontífice suele decir que "una cuenta corriente es buena cuando está vacía porque se ha donado a los necesitados".
Entre las muchas obras de bien que ha realizado este Arzobispo están las duchas y barbería que el Papa Francisco ordenó instalar en la Plaza de San Pedro para los sin techo que duermen debajo de las columnas.
En Lampedusa, Mons. Krajewski compró 1 600 tarjetas telefónicas para los inmigrantes para que pudieran llamar a casa, ya que con el Santo Padre coincidió que era eso lo que más necesitaban.
Cada mañana, relató, se levanta a las 4:30 a.m. e inicia su jornada respondiendo a las cartas de ayuda que llegan al Vaticano y a las que el mismo Papa entrega al Limosnero.
Se encarga de comprobar que las cartas, en las que muchos piden ayuda para pagar las facturas de la luz o el alquiler, sean verdaderas y a través del párroco de la zona desde dónde llega la petición se envían las donaciones
También sale por las noches, acompañado de los guardias suizos que colaboran con él fuera de su horario, y lleva ayuda y comida a los indigentes, ancianos, hospicios o comedores e, incluso, ha acompañado alguna vez a algún borracho a casa.
Uno de los últimos proyectos en los que ha colaborado ha sido el de "La Madonnina", de la Asociación Opera San Luigi Gonzaga "Opera d'Amore", en favor de niños con discapacidad.
El Limosnero ha sido el encargado de llevar la ayuda del Santo Padre a este proyecto cuya finalidad es facilitar el acceso a la playa a niños con discapacidad o problemas de movilidad.
Con ese fin, la Asociación alquila una playa en la costa de Fiumicino, provincia de Lazio, muy cerca de la ciudad de Roma, para instalar una zona de baño abierta a todos, pero con unas medidas de accesibilidad especiales para las personas con dificultades de movimiento.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 14 de marzo de 2016