"Cuanto más trabajé con ellos, cuanto más los conocí, más empecé a quererlos como familia y podía ver con más amor y con menos frustración las cosas que ellos hacían", manifestó Joseph Kervick, voluntario del Hogar San Martín de Tours, en San Rafael, Argentina.
En este lugar viven personas postradas, con dificultades fìsicas, psíquicas y mentales. El relato de los voluntarios del Hogar San Martín de Tours, da cuenta que aquí hay felicidad, amistad, brazos abiertos y el lugar es una verdadera escuela de humildad.
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El hogar fue creado por el Instituto del Verbo Encarnado (IVE) hace 23 años y acoge en forma gratuita a alrededor de 100 niños, jóvenes, adultos y ancianos con enfermedades mentales y dificultades físicas, leves, moderadas y severas.
La labor diaria es difícil y agotadora pero con una buena administración de los recursos económicos y humanos, más el apoyo de entusiastas voluntarios, se logra cumplir con la misión de "constituir una familia" para quienes han sido abandonados o cuyas familias de origen no tienen cómo sostenerlos y cuidarlos.
El hogar se distribuye en pabellones de acuerdo a las patologías que padecen los residentes. Sus nombres son: Familia Sagrado Corazón, Familia Ángeles Custodios o llamados también "Angelitos" y Familia San Vicente de Paul. También, se encuentra la Familia San Juan Bosco destinada a niños y jóvenes de familias vulnerables.
El estadounidense Joseph Kervick tenía 19 años cuando realizó su servicio voluntario durante seis meses. Para él, trabajar con los angelitos -de patologías severas- es "estar a disposición de sus necesidades" es "como ir a una escuela para la humildad cada día" ya que "muchos de ellos no pueden hacer nada por sí mismo".
"Creo que la experiencia que más disfruté con ellos fueron sus sonrisas. Cuando nosotros sonreímos no es una felicidad pura, está teñida con otras emociones. Pero cuando los angelitos sonríen, sonríen de pura felicidad, irradia en sus caras y son las sonrisas más bellas que he visto", dijo Kervick.
El voluntario también destacó la vida espiritual como parte de la cotidianidad del hogar. "Estar rodeado de personas que tienen un gran amor por la Eucaristía y la posibilidad de asistir a Adoración y Misa" aumentaron su fe en Cristo. "Es realmente una experiencia increíble".
Situación similar vivió Bernardo, un voluntario mexicano que en 2016 conoció el hogar. "Nunca me había encontrado o dejado encontrar por una vivencia de esta categoría, es decir el encontrar a Jesús en su cara más frágil y necesitada".
"Darles de comer fue una situación, donde pude darle de comer a mi propia alma. Uno cree que va a ser voluntario y que va a ayudar pero, la verdad es que uno termina recibiendo más de lo que uno da", agregó.
Bernardo coincidió también, en que el hogar "podría tener una connotación triste por la condición de los chicos, pero es todo lo contrario". "Fue un lugar que me recibió desde el inicio muy cálidamente, los chicos todos fueron muy calurosos y amigables. Son una familia, una familia grande que recibe con los brazos abiertos".
Erik Seith, voluntario estadounidense también compartió su experiencia. "A veces me cansé del trabajo y fue muy difícil, pero valió la pena siempre y Dios me dio siempre la gracia que necesitaba", dijo.
Erik relató que rezaba el Rosario y el Ángelus todos los días con los angelitos. A veces algunos le acompañaban en la oración, otros días no. "Me sentía incómodo recitando todo el Rosario solo y no sabía si debía continuar", manifestó.
Pero un día uno de los residentes "se sentó en la mesa frente a mí. Cruzó las manos, cerró los ojos y empezó a mover los labios rezando en silencio. Me di cuenta de que María quería que siguiera rezando con los angelitos porque quería derramar la gracia sobre ellos y a través de ellos, sobre el mundo entero aunque parecía que no pasaba nada", comentó Erik.
"Durante mi voluntariado aprendí que esos varones son muy preciosos y que fui bendecido por haber servido a estos miembros del cuerpo místico de Cristo", agregó.
"Si piensas que Dios te llama a hacer un voluntariado en este hogar, confiá en Él y házlo. Él te ayudará a crecer en caridad hacia él y los demás", sostuvo.
El Hogar San Martín de Tours no solo proporciona techo y comida sino también, busca la rehabilitación y formación integral de los residentes.
Junto a los cuidados físicos y espirituales, el hogar cuenta con una biblioteca y desde 2006 una escuela especial de alfabetización para aprender a leer, escribir y desenvolverse socialmente.
En el mismo año se inició la escuela de inserción laboral donde los residentes aprenden oficios y desarrollan sus talentos. También se integran otros discapacitados de San Rafael. También, realizan actividades plásticas, teatrales, líricas y deportivas y cuentan con atención médica en distintas especialidades.
El Hogar San Martín de Tours es una institución sin ánimo de lucro que se sostiene con la colaboración y el altruismo de personas solidarias.
Dentro de sus necesidades permanentes se encuentran: los medicamentos, pañales desechables, alimentos no perecibles, ropa de cama, artículos de higiene personal y de limpieza, entre otros.
Puede ayudar al hogar de las siguientes formas:
Apoyando proyectos específicos o realizando una transferencia bancaria:
CUENTA CORRIENTE Banco de la Nación Argentina
Cuenta N° 485007520/5
Titular: ASOCIACION AMOR VIDA Y FAMILIA
CBU 01104855 – 20048500752056
CUIT 30707868127
CAJA DE AHORRO Banco de la Nación Argentina
Cuenta N° 4852473980
Titular: Urquiza Eduardo Javier
Tipo y N° de documento: DU 00018508367
CBU: 0110485530048524739801
Para más información AQUI
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- ACI Prensa (@aciprensa) 25 de abril de 2017