La revista Desde la Fe, de la Arquidiócesis de México, denunció las "redes siniestras" de corrupción y crimen organizado que ha creado en el país el tráfico de combustible robado –conocido como "huachicol"–, cuyos efectos perversos y destructores lo han convertido en "el nuevo oro negro del diablo".
"La extracción de combustibles amenaza la seguridad de México y revela lo que no parece dar tregua: corrupción e impunidad. Un problema que nos empobrece y descompone aún más nuestra realidad y tejido social. Algunos podrán tener enormes beneficios financieros, pero los efectos son perversos y destructores. El huachicol es el nuevo oro negro del diablo", señaló el editorial publicado ayer domingo por el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).
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La revista católica denunció que el mercado negro del robo de combustible aumentó más de 400% en cinco años y se ha extendido a varios estados del país "con infraestructura petrolera de transportación importante".
Sin embargo, Puebla es el caso más preocupante, pues "el despliegue de fuerzas armadas que han entrado en confrontación con los delincuentes revela la escalada del problema, por lo menos en 32 municipios de los 127 que hay en la entidad".
Además, las autoridades policiales han revelado "cómo poblados enteros se dedican a la extracción, comercialización, almacenamiento y distribución del huachicol, por debajo de los precios reales de los combustibles sujetos a la ley de la oferta y la demanda".
En ese sentido, "según datos de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en 2016 se localizaron 1,533 tomas clandestinas, lo que empeoró la situación en Puebla, ya que las tomas ilegales se incrementaron en un 496 por ciento respecto al 2015, año en que se detectaron sólo 309 tomas ilegales".
"Los directivos de PEMEX han manifestado la existencia de empleados quienes estarían implicados en el proceso de extracción ilícita de combustibles, choferes, operadores de bombeo, vigilantes e ingenieros de operación, personal especializado, asesorando a los huachicoleros para realizar las operaciones clandestinas, minimizando así los riesgos por la extracción y para la obtención de lucrativas ganancias".
Sin embargo, además de las pérdidas económicas y la corrupción de autoridades, Desde la Fe denunció que la consecuencia más dolorosa del tráfico ilegal de combustible es el uso de la población más pobre y marginada por parte de los llamados "huachicoleros".
"Los delincuentes, en la impunidad de su poder, utilizan la pobreza y necesidad de poblaciones marginadas y olvidadas que han abandonado sus actividades tradicionales y de cultivo por un negocio más lucrativo para sostener su economía y familias", señaló.
Estas personas, advirtió, "sirven de carne de cañón". "Niños y adolescentes, mujeres y ancianos, arrojados para enfrentar a las fuerzas del orden sin importar las consecuencias que ponen en riesgo su misma integridad personal. Ellos son parte de esta mercancía de muerte", denunció.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 26 de mayo de 2017