El Papa Francisco saludó a los enfermos congregados frente al Santuario de Nuestra Señora de Fátima que asistieron a la Misa de Canonización de Santa Jacinta y San Francisco Marto, y los alentó a decirle a María, "como los pastorcillos, que queréis ofreceros a Dios con todo el corazón", incluidos sus sufrimientos.
El Pontífice explicó que Jesús, "en su Pasión, cargó con nuestros sufrimientos". Por eso, "Jesús sabe lo que significa el sufrimiento, nos comprende, nos consuela y nos da fuerza, como hizo con San Francisco Marto y Santa Jacinta, y con los santos de todas las épocas y lugares".
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Además, animó a los enfermos a que pidan a Dios consuelo y fortaleza en sus enfermedades, porque el Señor les escuchará. "Pienso en el apóstol Pedro, en cómo la Iglesia entera rezaba por él mientras estaba encadenado en la prisión de Jerusalén. Y el Señor lo consoló. Este es el misterio de la Iglesia: la Iglesia pide al Señor que consuele a los afligidos y él os consuela, incluso de manera oculta; os consuela en la intimidad del corazón y os consuela dándoos fortaleza", afirmó.
En este sentido, Francisco también les animó a ofrecer sus sufrimientos a Dios. "Vivid vuestra vida como una gracia y decidle a Nuestra Señora, como los pastorcillos, que queréis ofreceros a Dios con todo el corazón. No os consideréis solamente como unos destinatarios de la solidaridad caritativa, sino sentíos partícipes a pleno título de la vida y misión de la Iglesia".
"Vuestra presencia silenciosa –subrayó–, pero más elocuente que muchas palabras, vuestra oración, el ofrecimiento diario de vuestros sufrimientos, en unión con los de Jesús crucificado por la salvación del mundo, la aceptación paciente y hasta alegre de vuestra condición son un recurso espiritual, un patrimonio para toda comunidad cristiana".
Y les exhortó: "¡No tengáis vergüenza de ser un tesoro valioso de la Iglesia!". "Jesús va a pasar cerca de vosotros en el Santísimo Sacramento para manifestaros su cercanía y su amor. Confiadle vuestro dolor, vuestros sufrimientos, vuestro cansancio. Contad con la oración de la Iglesia que, por vosotros y con vosotros, se eleva al cielo desde todas partes. Dios es Padre y nunca os olvida", concluyó.