Un obispo brasileño exhortó a hacer frente al juego suicida de "La Ballena azul" que se ha popularizado entre los jóvenes y que debe generar una respuesta de parte de "las familias, las Iglesias y la sociedad".
En un artículo titulado "No dejemos que las ballenas maten a nuestros jóvenes", el Obispo Auxiliar de Porto Alegre, Mons. Leomar Antônio Brustolin, se refirió a "La Ballena Azul", que comenzó a viralizarse en Rusia a través de la red social Vkontakte.
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El juego consiste en cumplir 50 desafíos, uno cada día, que son enviados a los participantes a través de grupos cerrados en las redes sociales.
Entre los desafíos figuran ver películas de terror todo el día, levantarse de madrugada, cortarse los brazos y piernas; y cortar la piel hasta dejar en ella la forma de una ballena. El último es lanzarse desde lo alto de un edificio.
El Prelado refirió en su misiva que "vivimos ahora en un tiempo de fuerte acento individualista, cuando las sociedades que se rigen por una lógica narcisista multiplican las iniciativas autodestructivas. Ante la crisis de afecto, de banalización del otro y del relativismo que colapsa valores comunes, el suicidio es hoy una expresión de una crisis de despersonalización".
En medio de esta realidad, muchos jóvenes "altamente conectados están perdidos en medio de tanta información y son víctimas de una sobredosis de opciones para lograr la felicidad" que no suele ser auténtica sino "momentánea, hedonista y eminentemente individual".
En medio de esta realidad, alertó el Obispo, "la persona termina moviéndose en un horizonte sin meta, fluctuando en una atmósfera de varias opciones de sentido, de comportamientos, de ética. Los condicionamientos de una sociedad deshumanizada impiden que el individuo se realice".
En este contexto, "sin perspectiva de futuro y olvidando el pasado, muchos insisten en vivir solamente el presente".
Ante estos desafíos, Mons. Brustolin recordó que "la estructura, el ambiente y la educación familiar son fundamentales para lograr niveles de felicidad que disminuyan el impulso autodestructivo".
También es importante modificar el sistema educativo para "reconstruir los sentidos, rescatar valores, autorizar la expresión de sentimientos y pensamientos y fortalecer los vínculos de espiritualidad".
"Saber lidiar con las pérdidas, los límites y las frustraciones permite conocer lo que realmente tiene valor en la vida, de forma extremamente eficaz, y ayuda a discernir lo que es secundario de lo que es esencial".
Finalmente el Obispo Auxiliar de Porto Alegre resaltó que "la alerta del desafío de la Ballena Azul es para todos y apunta a la necesidad de una nueva actitud en la vida: conectado, pero no alienado; informado pero no desafectado; libre, pero no narcisista".
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Digital
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- ACI Prensa (@aciprensa) 20 de abril de 2017