En la Eucaristía del Domingo de Ramos, el Obispo de El Alto en Bolivia, Mons. Eugenio Scarpellini, manifestó que permitir una ley de aborto, las injusticias, la corrupción y el enriquecimiento ilícito en el país es imitar al pueblo de Jerusalén que gritó: "Crucifícalo".
"Somos los que gritamos 'crucifícalo', cuando por desinterés en asuntos públicos o por intereses personales, permitimos que se gestionen leyes y medidas nefastas, como la apertura al aborto, haciéndolas pasar por buenas y humanas cuando, en cambio, atentan contra la vida de los inocentes como son los niños que están por nacer", dijo Mons. Scarpellini.
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El proyecto de ley de aborto establece que mujeres pobres y estudiantes puedan abortar hasta las ocho semanas de embarazo si declaran no tener recursos suficientes, están en situación de calle, viven en extrema pobreza o si tienen más de tres hijos.
El Obispo recordó lo sucedido en Siria "cuando se utilizan armas químicas donde las víctimas son todos, militares y niños inocentes indiferentemente. Es lo que pasa con la reacción violenta con misiles que matan sin mirar la cara de las víctimas", agregó.
"No podemos condenar a unos y callar sobre otros: de donde venga, la muerte de los inocentes es injusta, hay que condenarla. El valor de la vida de los inocentes no varía a partir de la ideología".
El Obispo de El Salto agregó que se imita a los fariseos cuando se "lastima al inocente" y las personas se convierten en "esclavos de los juegos de poder, que para conseguirlo y mantenerlo no tienen ningún reparo a pisotear o desechar la vida del inocente".
Pero, "al mismo tiempo somos el pueblo que con sinceridad hemos levantado nuestra voz proclamando a Jesús, nuestro rey, hijo de David y Mesías esperado".
"Somos la comunidad agradecida por el don de su Cuerpo y Sangre en la Última Cena; agradecida porque el Señor lava nuestros pies, nuestros pecados, el barro de las infidelidades, de las mentiras, de los robos y sensualidades, de la indiferencia y falta de solidaridad", dijo Mons. Scarpellini.
El Obispo dijo que el pueblo se identifica con Cristo "en su sufrimiento, en los dolores de la pasión, sumiso en la pobreza, en la soledad y marginación".
También, "junto a Jesús sufre tristeza y angustia" por "el dolor de los inocentes, los enfermos terminales, los niños abandonados o abusados, las madres que ven morir a sus hijos por hambre en muchas partes del mundo".
"Somos el pueblo golpeado por cuestiones raciales, por fanatismos religiosos, por la violencia en las cárceles o perpetradas por regímenes totalitarios igual que a Jesús coronado de espinas y golpeado por los soldados. En Él está nuestra esperanza", expresó.
Mons. Scarpellini invitó a caminar junto a Jesús, reconocer "nuestros límites, nuestros errores, nuestros egoísmos y divisiones. Con humildad y confianza digamos: 'Yo también estaba con los que te han crucificado, Jesús'. Y Él, como al ladrón arrepentido, nos dirá 'hoy estarás conmigo en el Paraíso'".
Puede escuchar la homilía AQUÍ
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- ACI Prensa (@aciprensa) 13 de marzo de 2017