Una religiosa del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) que vive en la ciudad de Alepo, Siria, contó algunos detalles sobre la vida espiritual y cotidiana de los cristianos tras la liberación de la ciudad del control de los terroristas en diciembre de 2016.
En una entrevista concedida a ACI Prensa, la hermana María Sponsa Iusti Ioseph, originaria de Perú, contó que la gente en Alepo asiste a Misa con frecuencia y que antes de la Eucaristía se reza un Rosario por la paz.
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"Una vez al mes se celebra una Eucaristía por los difuntos en la Catedral del Niño Jesús. Ahora gracias a Dios se ha recuperado el cementerio cristiano que estaba controlado por los rebeldes y los fieles pueden visitar a sus muertos otra vez y trasladar los cuerpos que habían sepultado en otro lado", contó.
En cuanto a los sacramentos, la religiosa indicó que los franciscanos y los salesianos suelen encargarse de preparar a los niños, jóvenes y adultos para que los reciban.
La hermana María Sponsa Iusti Ioseph dijo que la actitud de la gente ha mejorado tras la liberación de Alepo del control de los rebeldes en diciembre de 2016.
Comentó que este cambio fue perceptible durante la Navidad. "Vimos que las personas caminaban contentas por la calle. Tenían el rostro totalmente cambiado. Aunque ellos de por sí son muy alegres, se les notaba otro tipo de alegría. Era como un respiro".
"Algunas de las luces ventanas estaban encendidas y las iglesias habían adornado sus cúpulas también con luces. Incluso armaron un árbol de Navidad en la calle".
En las navidades anteriores "no había ninguna luz en las ventanas, no habían iglesias adornadas con luces ni se respiraba un ambiente navideño".
"Cuando visitábamos a la gente les preguntábamos si habían armado el pesebre, pero ellos no querían hacerlo porque les traía recuerdos. Antes de la guerra vivían tan felices, compartían las fiestas con sus familias. Por eso les deprimía poner esas cosas que representaban esos recuerdos en medio de una situación difícil", expresó.
Sin embargo, para las fiestas del 2016 "algunos volvieron a poner sus adornos navideños".
La religiosa del IVE también destacó que los sufrimientos por las carencias en la ciudad, como el agua, la comida y el techo, han hecho que los vecinos cristianos y musulmanes trabajen juntos para sobrevivir.
"Ahora todos estamos bajo el mismo techo. Todos están sufriendo por esta situación. Se ayudan entre ellos. La gente de Alepo es muy respetuosa y muy abierta, gracias a Dios. Eso facilita que haya un buen trato entre todos", dijo.
La hermana María Sponsa Iusti Ioseph indicó que casa que las hermanas del IVE tienen en Alepo está abierta a todo aquel que desee visitarlas.
"A la gente le gusta venir a la casa. Por eso siempre hacemos reunioncitas, tomamos un cafecito. Incluso después de la Misa dominical tomamos café con la gente. A ellos les gusta. Conversan con nosotras y se desahogan un poquito de la situación por la que están pasando", indicó.
La religiosa explicó que los sirios "expresan el cariño de una forma muy diferente a los latinos. Me parece que son mucho más cálidos. Por ejemplo a los cinco minutos te dicen 'te extraño'. Cuando te conocen bien te llaman, preguntan cómo estás".
"Allá apenas entras a una casa no te preguntan si vas a tomar café, te dicen '¿con azúcar o sin azúcar? Conversan contigo cinco minutos y luego te dan el cafecito", comentó.
La religiosa comentó que todos los jueves se reúnen con las jóvenes universitarias que acogen en su casa. "Hablamos, les damos un poco de doctrina, a veces vemos películas y jugamos juegos de mesa. Para ellas es un momento de diversión y distracción. Siempre están esperando que sea jueves para reunirnos".
Asimismo, organizan una reunión mixta una vez al mes ya que los varones viven con los sacerdotes del mismo instituto. "Cuando se puede hacer un paseíto vamos a parque, aunque no es muy seguro. Vemos películas con ellos o los invitamos".
Por otro lado, la hermana María Sponsa Iusti Ioseph indicó que los cristianos de Alepo acogen con cariño las palabras del Papa Francisco.
Cuando liberaron la ciudad en diciembre, las religiosas transmitieron a los fieles "que el Santo Padre reza por nosotros y que también mucha gente en el mundo lo hace. A ellos les gusta mucho eso y se sienten protegidos por las oraciones de todos los cristianos".
"A la vez ellos también se sienten muy contentos porque saben que su sufrimiento no es en vano, sino que ayuda a la gente de occidente. Si saben que hubieron conversiones por ese ofrecimiento, eso les da mucha fortaleza para seguir adelante", manifestó.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 17 de marzo de 2017