El 17 de marzo el Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla, abrió oficialmente el proceso de canonización del Siervo de Dios, P. Isidro Ruben Alonso, conocido como Padre Cacho.

En la sesión se hizo lectura solemne de la apertura de la causa y se nombró mediante decreto a todos los miembros del tribunal que recopilarán documentos y testimonios verídicos de la santidad de Padre Cacho.

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De esta forma juraron el Juez Delegado, P. Javier Galdona; el Promotor de Justicia, P. Gonzalo Estévez y las notarias, Hna Fabiana Velázquez y Teresa Echevarría; además de postulador de la causa, P. Daniel Bazzano y el vicepostulador, P. Leonardo Vernazza.

También se designó la comisión histórica, encargada de recopilar todas las pruebas documentales de la vida del Siervo de Dios. Su presidente es el P. Pablo Dabezies, la historiadora, Susana Monreal y la escritora y autora de una biografía del P. Cacho, Mercedes Clara.

 

 

Luego de invocar al Espíritu Santo, la ceremonia se inició con la lectura de la carta del P. Bazzano mediante al cual solicitó formalmente a apertura de la causa del P. Cacho.

"La canonización del presbítero Alonso sería un regalo de la providencia de Dios no solo para la Iglesia en el Uruguay sino para todo nuestro país, necesitados ambos, de personas inspiradoras de renovación, de pioneros que buscan maneras nuevas de redescubrir a Dios en el mundo y de convivencia en la fraternidad y la colaboración", señala el texto.

"Personas de todos los sectores de nuestra sociedad encuentran en el Padre Cacho un referente de fuerte cuestionamiento como pocos otros personajes habían logrado serlo", agregó.

"En lo que se refiere a nosotros sacerdotes, el Padre Cacho es una cuestionante señal del ejercicio heroico del ministerio entre los pobres, desde una relación insondablemente profunda con el Buen Pastor", detalla la misiva.

Además de distribuir estampas con la oración de P. Cacho, se proyectó un adelanto del documental sobre la vida del sacerdote y que prepara el canal web de la Iglesia Católica de Montevideo (ICMTv), llamado "todos dependemos de todos".

El Cardenal Sturla destacó que el P. Cacho se preocupó de la denuncia de la fragmentación social. "Esta sigue siendo una verdad que nos lastima: la fragmentación del Uruguay avanza".

También comentó que algunas brechas se hacen cada vez más profundas por eso "la figura de Cacho hoy nos impulsa a interrogarnos, a profundizar nuestra sensibilidad, a no acostumbrarnos a la pobreza, a la miseria, a que en el Uruguay las cárceles estén llenas y llenas de jóvenes".

El Arzobispo destacó que el sacerdote suscitó "en las personas el aprecio de su propia dignidad. Ahí estaba el motor que los hacía salir adelante".

Con ese impulso se construyeron nueve cooperativas de viviendas, talleres, guarderías y centros vecinales.

Por último, el Arzobispo de Montevideo destacó que el Padre Cacho fue "un hombre de Dios y fue a buscarlo allí donde estaba seguro de que Dios habitaba: entre los más pobres. Fue un sacerdote, un presbítero, toda la vida de Cacho estaba habitada por este sentido profundo, sacerdotal y cristiano".

El material que se recopile, entre documentos y más de 50 testimonios, serán enviados a la Santa Sede.

 

 

Breve biografía

Ruben Isidro Alonso nació el 15 de mayo de 1929. A los 12 años ingresó a la casa de formación de la congregación salesiana y fue ordenado sacerdote en noviembre de 1959.

Trabajó como catequista en Salto y Paysandú y en 1973 lo nombraron primer asesor diocesano de la naciente Pastoral Juvenil de Paysandú.

En 1975, junto a dos compañeros salesianos, inspirados en la experiencia de los curas obreros, se fue a vivir a un barrio en los márgenes de la ciudad de Rivera.

En el año 1977 llegó a la zona de Aparicio Saravia, Montevideo, lugar donde vivió hasta su muerte el 4 de septiembre de 1992.

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