En un artículo publicado con ocasión del primer Domingo de Cuaresma, el 5 de marzo de 2017, el Obispo de San Sebastián (España), Mons. José Ignacio Munilla, recordó un reciente espectáculo blasfemo en España y denunció la "idolatría de la felicidad".
El 27 de febrero, Drag Sethlas fue elegido como el nuevo Drag Queen del Carnaval de las Palmas de Gran Canaria (España). En ese evento, Sethlas presentó un acto blasfemo en el que se vestía como Jesús y la Virgen María, titulado "¡Mi cielo yo no hago milagros. Que sea lo que Dios quiera!".
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En su artículo, titulado "Conversión, ampliando horizontes", el Obispo español advirtió que "en nuestros días, la idolatría de la felicidad, convertida en becerro de oro, pretende buscar su bien particular, desvinculándolo de la naturaleza de las cosas".
"Y no nos estamos refiriendo a los demás, ya que nuestra propia vivencia religiosa no está exenta del riesgo de quedar reducida a una espiritualidad consumista del bienestar interior", señaló.
Mons. Munilla destacó que, en el contexto del espectáculo blasfemo de Gran Canaria, "no es de extrañar que la llamada a la conversión, reiterada con especial énfasis en Cuaresma, sea percibida como contracultural y hasta trasgresora".
"¿Será cierto que el relativismo y el hedonismo son la consecuencia lógica e inevitable de un mundo sin Dios? ¿Serán ciertas las palabras que (Fedor) Dostoievski puso en labios de Iván Karamazov: 'Si Dios no existe, todo está permitido'?", cuestionó.
El Prelado recordó que el fallecido filósofo danés Soren Kierkegaard, considerado el padre del existencialismo, concebía la vida en tres estadíos: el estético, el dominado por la ética y el religioso.
"Cada uno de estos estadios implica una relación específica con uno mismo y con el mundo", destacó Mons. Munilla, y advirtió que "si el estado predominante es el primero, el 'estético', entonces corremos un riesgo muy grande de quedar atrapados en los parámetros narcisistas, los cuales incapacitan para amar a un tú distinto de nosotros mismos".
El salto al estado "ético", destacó, "es un paso gigante", pero "sin el tercer estadio, el 'religioso', es decir, sin la perspectiva que nos otorga la revelación de Dios, caminamos en medio de tinieblas".
"Dios no se ha limitado a crearnos y lanzarnos a la existencia, sino que se ha comunicado con nosotros, mostrándonos el sentido de la vida, y dándonos la gracia de su caminar junto a nosotros en Jesucristo", recordó.
Mons. Munilla subrayó que "pretender prescindir de Dios en el camino de la conversión, es vivir del espejismo de la autosuficiencia".
"Es que, hay algo más importante que la conversión moral: la conversión espiritual".
El Obispo de San Sebastián precisó que "nadie es cristiano de nacimiento; todos necesitamos oír, escuchar, revisar, rectificar, cambiar de perspectiva y de comportamiento; es decir, ¡convertirnos!".
"Cuando no hay conversión, hay decadencia. No existe el punto intermedio", advirtió.
Para leer el texto completo del artículo de Mons. José Ignacio Munilla, puede hacer click AQUÍ.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 28 de febrero de 2017