El Arzobispo de Karachi y Presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán, Mons. Joseph Coutts, condenó el atentado terrorista perpetrado por el Estado Islámico contra un santuario musulmán en la provincia de Sindh el 16 de febrero, que dejó más de 70 muertos, entre los que había mujeres y niños.
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- The Quint (@TheQuint) 16 de febrero de 2017
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En declaraciones a UCAnews.com, el Prelado dijo que "es triste que un santuario musulmán sea atacado en un país musulmán. Nos sentimos abandonados. El azote del terrorismo se ha diseminado como un cáncer y tiene hondas raíces en nuestra sociedad".
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- Reuters Pakistan (@ReutersPakistan) 16 de febrero de 2017
El atentado ocurrió en el santuario sufí Lal Shahbaz Qalandar, mientras una gran cantidad de personas veía un dhamal, una danza ritual. Entre los fallecidos hay 20 niños y 9 mujeres.
El grupo terrorista Estado Islámico, que profesa la fe sunita dentro del Islam, se atribuyó el ataque, según informó la agencia de noticias afiliada a esta organización, Amaq.
Al respecto, el Arzobispo comentó que "el gobierno o el ejército no pueden pelear solos. Toda la nación debe estar unida, sin discriminación por credo, usar métodos pacíficos y rechazar a estos terroristas".
Mons. Coutts indicó también que "los ataques a los santuarios son un problema más grande que emerge del sectarismo. El terrorismo no tiene fronteras".
Para el Primer Ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, este atentado "representa un ataque al futuro inclusivo y progresista de Pakistán, uno en el que todo hombre, mujer y niño tiene derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad en aras de la felicidad sin importar su religión".
"Estos días son difíciles y tengo en mi corazón a las víctimas. No podemos dejar que estos hechos nos dividan o nos asusten. Tenemos que estar juntos para luchar por la identidad pakistaní y la humanidad universal", afirmó.
De otro lado, el general del ejército pakistaní, Qamar Javed Bajwa, exhortó a la población a estar calmada y dijo que "los recientes ataques terroristas son ejecutados por poderes hostiles y desde santuarios de Afganistán. Todos debemos defendernos y responder".
Tras el atentado el gobierno de Pakistán declaró el estado de alerta en las principales ciudades del país y puso en práctica una ofensiva contra los terroristas, matando a 37.
También cerraron la frontera con Afganistán y pidieron a ese gobierno entregar 76 refugiados terroristas en su territorio.
El ataque al templo sufí de Sindh es el quinto ataque en una semana: el primero ocurrió el 13 de febrero ante la Punjab Assembly de Lahore. En los días siguientes otras bombas explotaron en Quetta, Peshawar y Mohmand.
Por su parte, el P. Qaiser Feroz, Secretario Ejecutivo del Episcopado de Pakistán, dijo que "los santuarios son blanco de ataques porque están llenos y gente de todos los credos los visitan".
"Los fundamentalistas religiosos solo quieren un baño de sangre, no tienen una motivación religiosa", lamentó.
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