Manos Unidas presentó el 9 de febrero su campaña anual de lucha contra el hambre, centrada en el desperdicio de alimentos, la especulación alimentaria y la agricultura sostenible.
Bajo el lema "El mundo no necesita más comida. Necesita más gente comprometida", la presidenta de Manos Unidas, Clara Pardo, precisó que a pesar de que en el mundo hay alimentos para todos, un tercio de los alimentos que se producen terminan en la basura mientras que el hambre afecta a 1 de cada 9 personas en el mundo.
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"Unos datos vergonzantes que nos piden a voces denuncia, acción y cambios en nuestra actitud y en nuestros estilos de vida" ya que se trata de "una terrible realidad que afecta a casi 800 millones de personas y condiciona sus vidas presentes y futuras", precisó Pardo y subrayó que ante esa cifra "nadie puede quedar indiferente".
Según la presidenta de Manos Unidas, "tanto lo que consumimos como lo que desperdiciamos tiene un precio que va más allá del monetario".
En la rueda de prensa de presentación de la campaña estuvo el sacerdote misionero Eugenio López, que explicó la situación de grave carestía que pasan en Mozambique, país en el que reside y trabaja con los más necesitados, desde hace 16 años.
Según explicó el P. López, los más pobres del país se alimentan comiendo pan porque no precisa ser cocinado y da sensación de saciedad.
"La tradición es que los niños comen siempre al final, lo que queda de los mayores, lo que lleva a encontrar muchos niños inquietos por ver lo que van a comer. Sus ojos y movimientos demuestran que hay hambre, hasta robarle la olla a la madre o quedar felices de entrar a luchar por un poco de arroz que alguien lanza al suelo", aseguró el sacerdote.
Ante esta situación el sacerdote aseguró que además de dar de comer es necesario "ayudar a producir, formar a las personas para que puedan hacerlo" y subrayó que es indispensable "controlar la calidad de la formación que se da a los más jóvenes, el acompañamiento, la exigencia, la diversificación de las competencias, el compromiso personal con el desarrollo del bien común y una buena concienciación ecológica".
Para ello, los Padres Paúles han recibido la ayuda de Manos Unidas para construir varias escuelas en Maputo, la capital de Mozambique, y en especial la Escuela de Agricultura de Nacuxa, de la que el P. Eulogio es director.
"Iniciamos como una pequeña escuela básica y no paramos de crecer, ampliando y diversificando la oferta formativa, sobre todo de técnicos medios, capaces de liderar procesos productivos concretos", aseguró.
También intervino en la presentación de la campaña Ruth Chaparro, subdirectora de la Fundación Caminos de Identidad (FUCAI) de Colombia, que denunció que en la zona de la Guajira de ese país "la gente muere de hambre y de indiferencia", de "una enfermedad llamada desigualdad, exclusión, racismo, indiferencia, corrupción, libre empresa, deterioro ambiental, abandono".
Concretamente, en los últimos 5 años han fallecido más de 5.000 niños indígenas wayúu en esa región de Colombia.
Manos Unidas trabaja desde hace 7 años apoyando los proyectos de recuperación nutricional, seguridad y soberanía alimentaria, acceso al agua y formación de líderes y autoridades, tanto en la Guajira como en la región del Cauca.
"Hoy podemos decir de corazón que no necesitamos comida, que lo que necesitamos es gente comprometida, menos individualista, menos acumuladora, menos consumista", aseguró Chaparro, e insistió en que "lo que a mí me sobra corresponde a otro, lo que a otro le hace falta lo tenemos nosotros".
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- ACI Prensa (@aciprensa) 13 de junio de 2016