El Arzobispo de Newark (Estados Unidos), Cardenal Joseph Tobin, destacó los estímulos a la causa pro-vida dados por la administración del Presidente Donald Trump, pero a la vez expresó su preocupación por las políticas migratorias que ha lanzado el mandatario estadounidense.
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"Creo que el hecho de que el vicepresidente (Michael Pence) y otros funcionarios de la Casa Blanca hayan participado en la Marcha por la Vida" el 27 de enero "fue muy alentador, y creo que es un buen impulso", dijo a ACI Prensa en una entrevista el pasado 31 de enero.
El Purpurado recordó que varias veces ha participado en esta marcha y "he quedado sorprendido por la dedicación de la gente que sale" a manifestarse en defensa de los no nacidos a pesar del fuerte frío que hay a mediados de enero. Un hecho que "frecuentemente es ignorado por la prensa", advirtió.
Por ello, afirmó que la atención que este año dio el gobierno a la Marcha por la Vida fue "un gran regalo para el pueblo", incluso porque al cuestionar el silencio de los medios, de alguna manera los forzó a dar cobertura a la multitudinaria manifestación pro-vida este 2017.
Sin embargo, durante la entrevista se le dijo al Cardenal que para los católicos la administración Trump puede ser "un poco desconcertante", porque si bien ha sido favorable en los temas pro-vida, es todo lo contrario cuando se trata de inmigración.
Esto se debe a las órdenes ejecutivas firmadas por Trump. La primera, con fecha 25 de enero y titulada "Seguridad Fronteriza y Mejoras al Control de la Inmigración", establece la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México.
La segunda fue firmada dos días y suspende por 120 días el Programa de Admisión de Refugiados, la entrada de refugiados sirios de manera indefinida, y el ingreso durante 90 días de ciudadanos de Irak, Siria, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen, países calificados como "áreas de preocupación".
Sin embargo, esta última medida fue bloqueada el 3 de febrero por el juez federal James Robart del estado de Washington, y se espera la decisión de la Corte de Apelaciones para saber si restablece o no.
En la entrevista, realizada días antes del fallo del juez Robart, el Arzobispo de Newark reconoció su preocupación por ambas órdenes que perjudican a "los refugiados de algunas de las partes más sufrientes del mundo" y a "cualquier pueblo que venga de varios países diferentes", pero también a las personas que pertenecen al islam.
Sin embargo, expresó su confianza en que ambas órdenes no solo serán cuestionadas por los obispos, sino también "por otros grupos interesados ??y tal vez los tribunales" –como ocurrió días después con Robart-. "Creo que lo que los obispos necesitan hacer y lo que hacemos es decir la verdad, y decir la verdad a la luz del Evangelio", afirmó.
En ese sentido, ante la pregunta de si ha recibido algún tipo de consejo del Vaticano, el Cardenal Tobin recordó que tuvo recientemente un breve encuentro con el P. Michael Czerny, Secretario del nuevo Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral.
"El P. Michael Czerny vino a verme y dijo que el Santo Padre no siente la necesidad de intervenir porque cree que los obispos, no sólo un obispo, sino los obispos de Estados Unidos están dando una respuesta adecuada, una respuesta evangélica", expresó.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 31 de enero de 2017