El Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), Mons. Luis Augusto Castro, advirtió que "el paganismo crece desbordadamente" y ante ello se necesita "una Iglesia en salida", que exige a su vez que en los seminarios se incluya la formación misionera dentro de las cuatro dimensiones en las que son preparados los futuros sacerdotes.
El también Arzobispo de Tunja hizo este llamado durante el discurso inaugural de la 102° Asamblea Plenaria del Episcopado que se celebra en Bogotá hasta el 10 de febrero. El Prelado centró su intervención sobre la nueva Ratio Formationis Sacerdotalis, instrumento que permite a los obispos y rectores de seminarios reflexionar sobre la formación sacerdotal.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Siguiendo la exhortación apostólica Pastores dabo vobis, la Ratio nos habla de las cuatro dimensiones de la formación sacerdotal: Dimensión humana, dimensión espiritual, dimensión intelectual y dimensión pastoral", recordó el Prelado.
Sin embargo, señaló, "hay otra formación que no debe faltar en los seminarios diocesanos como es la formación misionera. Ésta, sin embargo, no es una quinta dimensión sino debe hacerse realidad dentro de cada una de las cuatro dimensiones anotadas para animarlas, vivificarlas y así vivir en plenitud, esto es, católicamente, el ministerio sacerdotal".
El Presidente del Episcopado colombiano indicó que esta formación misionera es importante sobre todo en estos tiempos en que crece el paganismo. Para ello recordó el caso del centurión romano Cornelio, el primer gentil en ser bautizado cristiano a través del apóstol Pedro. "Dios no tiene acepción de personas, sino que se complace en toda nación que le teme y practica la justicia (…) ¿Puede acaso alguien negar el agua del bautismo a éstos, que recibieron el Espíritu Santo como nosotros?", señaló Pedro en los Hechos de los Apóstoles.
"Cuando la elaboración teológica –indicó Mons. Castro– hoy se concentra demasiado en la realidad interna de la Iglesia comunión y no se da cuenta de que el paganismo crece desbordadamente, entonces necesitamos que, lejos de cuidarnos demasiado a nosotros mismos, promovamos una conversión en la teología como la de Pedro frente a la realidad del pagano Cornelio el cual, a diferencia de Pedro inicialmente, mostraba una disponibilidad sorprendente para abrirse a la universalidad, gracias a la acción del Espíritu Santo. Necesitamos una teología en salida para una Iglesia en salida y una misión en salida".
El Presidente de la CEC explicó que "la misión es movimiento de amor más allá de las fronteras de la fe para manifestar la vivida experiencia de Jesús".
Cristo "no tiene fronteras, ni muros, ni propiedad. No es nada en sí mismo. Es, en su totalidad, contacto, transmisión, mediación, canal por el cual Dios se comunica con el mundo. Es apertura al Padre y apertura al mundo. No se cierra en sí mismo", expresó.
Asimismo, aclaró que "la misión no es propiamente contacto de dos o más culturas, ni traducciones de una cultura a otra", sino "un movimiento que parte de un punto anterior a cualquier cultura –el amor del Padre- y llega a un punto posterior a cualquier cultura, el hombre abierto al hombre y abierto a Dios para que todos, como pedía Jesús al Padre, sean uno en nosotros".
"Es un movimiento que genera alegría. Se trata de la alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos, es una alegría misionera", añadió.
En su discurso, Mons. Castro también explicó que "la pastoral tiene que ver con la atención piadosa, constante y afectuosa de las comunidades de fe. Pero hay que pensar en que más allá de las fronteras de la fe, y hoy por hoy a pocos metros de nuestros templos, existen otras comunidades, pueblos y culturas que no tienen fe".
"Entonces, la pastoral debe ser como la plataforma de lanzamiento para ir más allá de las fronteras de la fe hacia aquellos que no tienen fe, para que Cristo sea conocido, amado y seguido por primera vez en esos contextos ajenos a la fe", afirmó.
En su discurso, el Presidente de la CEC también dividió la historia del sacerdocio en torno al Concilio Vaticano II en tres etapas. La primera hasta antes de 1965 –año en que terminó el Concilio–, la segunda entre 1965 y 1975 y la tercera desde 1975 hasta la actualidad.
Destacó la fuerte espiritualidad de los sacerdotes pre Conciliares, la creatividad y fidelidad de los "sobrevivientes del terremoto postconciliar" y la afectividad de los ordenados en los últimos cuarenta años.
Mons. Castro invitó a que la formación sacerdotal tome en cuenta estas tres características. "Necesitamos una formación sacerdotal que sepa mezclar la austeridad y fidelidad de los primeros con la creatividad y valentía de los segundos y la afectividad y sensibilidad de los terceros, así que nuestros seminarios puedan hacer eco a lo mejor de la historia sacerdotal de la iglesia preconciliar, a lo grande de la novedad del Concilio y a la necesaria sensibilidad de nuestro tiempo", concluyó.
También te puede interesar:
Papa Francisco aconseja a seminaristas cómo llegar a ser buenos sacerdotes https://t.co/N4VPEbkbnd
- ACI Prensa (@aciprensa) 26 de enero de 2016