"Hoy deseo recordar con el corazón a todas las víctimas del holocausto. ¡Que sus sufrimientos y sus lágrimas no sean olvidados nunca!". Con este mensaje publicado en el perfil del Papa Francisco en Twitter, @Pontifex_es, el Santo Padre se ha sumado a los actos de recuerdo de los millones de muertos víctimas de la maquinaria de exterminio nazi, con motivo del Día de la Memoria del Holocausto.
Hoy deseo recordar con el corazón a todas las víctimas del holocausto. ¡Que sus sufrimientos y sus lágrimas no sean olvidados nunca!
- Papa Francisco (@Pontifex_es) 27 de enero de 2017
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De los 11 millones de víctimas de los nazis, 6 millones eran judíos. Sin embargo, en los campos de exterminio nazis también murieron gitanos, eslavos, discapacitados, homosexuales, disidentes políticos, prisioneros de guerra, católicos y testigos de Jehová, entre otros.
La Alemania nazi aplicó una metodología industrial al exterminio sistemático de todas estas personas. Desde el primer momento de la llegada al poder de Adolf Hitler y del Partido Nazi en 1933, se desarrolló un plan de limpieza racial e ideológica de la población alemana.
Tras la invasión de Polonia en el año 1939, y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, se decidió proceder a la reclusión de la población judía de Europa, que ascendía a más de 9 millones de personas, en guetos y su posterior traslado a campos de concentración como el de Auschwitz o Dachau donde se les sometieron a trabajos forzados.
Posteriormente, los otros colectivos citados también fueron marcados como objetivos de la "limpieza" racial e ideológica del totalitarismo nazi.
Sin embargo, después de los reveses de Alemania en la Guerra y, sobre todo, de la invasión soviética en 1941, las autoridades nazis decidieron poner en marcha el exterminio definitivo de la población judía de los territorios europeos bajo ocupación nazi, y de otros colectivos considerados peligrosos o "impuros".
De esa manera se diseñó y aplicó la llamada "solución final": el asesinato masivo de millones de judíos y otros prisioneros en las cámaras de gas.
El 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas entraron en el campo de concentración de Auschwitz, cerca de Cracovia, y liberaron a los 7 mil prisioneros que aún permanecían allí encerrados.
Estas instalaciones de exterminio albergaron en total a 1 millón 300 mil prisioneros, de las que murieron 1 millón 100 mil. La mayor parte de ellos, judíos.
Esa fecha, el 27 de enero, fue elegida por la UNESCO para conmemorar el Día de la Memoria del Holocausto. La comunidad internacional quiere, de esta manera, rendir tributo a la memoria de las víctimas y renovar su compromiso en la lucha contra el antisemitismo, el racismo y toda forma de intolerancia.
Hoy, algunos de los antiguos campos de exterminio nazis están reconvertidos en museos y memoriales. Se pretende así que desempeñen un papel importante en la conservación de la memoria y en la educación de las nuevas generaciones de lo que fue el genocidio contra la población judía y otros crímenes perpetrados por el terror nazi.
En el campo de concentración de Auschwitz, donde tanto el Papa Juan Pablo II como Benedicto XVI y Francisco rezaron por las víctimas del nazismo, la primera ministra polaca, Beata Szydlo, presidió este viernes los actos conmemorativos de la liberación del campo.
En ese lugar en julio de 2016, el Papa Francisco no pronunció palabra alguna, pero sí realizó diversos gestos para expresar su dolor y su conmoción ante la historia.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 14 de agosto de 2016