En una conferencia sobre protección a la libertad religiosa realizada por la Fundación Massarat en Bagdad (Irak), el Patriarca Católico Caldeo de esa ciudad, Mons. Louis Raphael Sako, pidió considerar el discurso extremista que incita a la violencia religiosa como un acto de terrorismo.
Estado Islámico lanza una ofensiva en la ciudad de Deir al Zur
- unomásunomx (@unomasunomx) 15 de enero de 2017
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En su mensaje, el Patriarca Caldeo indicó que en países donde hay una diversidad de religiones, como es el caso de Irak donde viven musulmanes, cristianos, yazidíes y otras minorías, el extremismo "es un fenómeno aterrador y perturbador" cuando incita a la violencia.
"¡También es una tragedia que nos horroriza a los cristianos de Medio Oriente y a otras minorías religiosas de una forma en la que no tenemos cómo enfrentarla más que con la oración, la inmigración y el dolor!", lamentó el Patriarca, aludiendo a los sufrimientos de los cristianos a causa de la persecución por parte del Estado Islámico (ISIS).
Ante esta situación, Mons. Sako señaló que "hay una increíble necesidad de crear conciencia sobre el uso de la religión por parte de los extremistas y fundamentalistas como un arma para crear conflictos y la guerra, lo que significa quebrantar la paz y crear distanciamiento y odio entre la gente del mismo país".
"Al contrario -prosiguió- lo que se debería hacer con la religión es usarla como un factor activo e influyente para esparcir la paz y la consolidación de la coexistencia en la región y en el mundo".
En ese sentido, el Patriarca dio dos recomendaciones para enfrentar el problema del extremismo.
1. Identificar el discurso extremista
La primera es identificar oficialmente el discurso que promueve la agresividad hacia otras religiones como "un acto terrorista, independientemente de quien provenga". No debe considerarse como una forma de "libertad de expresión" sino más bien reconocerse oficialmente como "un crimen y una forma de terrorismo que requiere un castigo".
Además "se debe prohibir la manipulación de los conceptos religiosos" utilizados con propósitos extremistas y de violencia.
2.- Reparar y corregir la situación de peligro
La segunda recomendación dada por Mons. Sako es que ante la situación de peligro fomentada por el discurso de odio del Estado Islámico, se necesita que "los cristianos y musulmanes respondan urgentemente para repararla y corregirla".
Se debe promover un discurso que "ilumine a la gente, que use la lógica y la razón para evitar malas interpretaciones y prácticas, que construya la justicia, promueva la paz civil a través de la aceptación de los demás y protegiendo los discursos religiosos y nacionales, que difunda las enseñanzas del cristianismo y el islam sobre el amor, la compasión, la bondad y la paz".
También que "tome pasos significativos para combatir el terrorismo y convencer de que haya una pena legal para toda incitación a odiar, asesinar y a irrumpir en las propiedades de los cristianos".
Por último, exhortó a implementar una "reconciliación comunitaria real" entre la variedad de civilizaciones, culturas, lenguajes y religiones que hay en Irak y en los países que tienen una realidad similar.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 24 de octubre de 2016