El Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Braulio Rodríguez, con motivo de la fiesta de San Ildefonso, Patrono de esta ciudad española explicó que los cristianos deben ser "testigos más con los hechos que con las palabras", una virtud indispensable para alcanzar la santidad que no es "una profesión de minorías".
El Prelado recordó en la Misa del 23 de enero que "ser santo no es una profesión de minorías. El santo no es super hombre o mujer; es hombre real, porque sigue a Dios y, en consecuencia, al ideal para el que fue creado su corazón y del que está hecho destino".
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Mons. Rodríguez puso como como ejemplo a San Ildefonso, dedicado especialmente a la confesión, que desarrolló una actividad pastoral ampliamente reconocida.
De hecho San Juan Pablo II durante su visita a Zaragoza en 1982 mencionó la importante obra de San Ildefonso, "De la perpetua virginidad de Santa María contra los infieles" y destacó el hecho de que "la primera gran afirmación mariana española haya consistido en una defensa de la virginidad de María".
En ese sentido Mons. Rodríguez insistió en que "el santo no necesita olvidar o negar nada, y mucho menos la muerte, para afirmar apasionadamente su propia vida" porque son los santos quienes "más aguda y dramáticamente experimenta la fragilidad natural del ser humano y la conciencia de pecado. Por eso, un santo o una santa la sentimos tan cerca de nosotros".
De esta manera, el Arzobispo comparó a "los héroes de una acción moral puramente racional y el santo cristiano" entre los que existen grandes diferencias de "verdad humana", "de seriedad y comprensión de los valores humanos, de realismo y positividad ante la experiencia de la muerte, prueba suprema de la humanidad".
Un santo como Ildefonso, dijo el Prelado, "nos sigue diciendo hoy que solamente la compañía del Hijo de Dios, que ha entrado en la historia, puede dar a la vida humana la capacidad de una realización adecuada a su destino".
El Arzobispo de Toledo y Primado de España aseguró que una de las principales virtudes para alcanzar la santidad es la fortaleza y en su opinión esta "ha perdido vigencia entre nosotros".
"Nos esforzamos poco en el combate de la fe, que no tiene por qué dirigirse hacia los demás, sino a lo que nosotros sentimos y somos. No se trata de ser temerarios, pero sí de no estar constantemente transigiendo con situaciones y olvidando que somos testigos más con los hechos que con las palabras, en toda una serie de situaciones donde a los cristianos se nos tiene que ver", subrayó.
En el día del patrón de Toledo, el Arzobispo de la diócesis precisó que se trata de "un buen día para pedir tantas cosas para nuestra sociedad, por sus autoridades, por el bien común, por mejorar en amor, justicia, caridad, por un horizonte amplio y no estrecho, más generoso con los problemas reales" y por eso pidió, a través de la intercesión de San Ildefonso, "la piedad de Dios y su clemencia".
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- ACI Prensa (@aciprensa) 20 de diciembre de 2016