"Ustedes son, en cierto sentido, los 'ángeles de la guarda' de la Plaza de San Pedro", dijo el Papa Francisco a los dirigentes, funcionarios y agentes del Servicio de Seguridad Pública del Vaticano, a los que recibió en audiencia en el Palacio Apostólico para intercambiar felicitaciones por el nuevo año.

El Santo Padre les expresó su agradecimiento por su servicio, y reconoció "la dificultad y los riesgos" que su labor conlleva.

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Además, destacó la "solicitud, profesionalidad y sentido del deber" con que realizan su trabajo de proteger "este peculiar centro de la cristiandad y otros lugares de pertenencia del Vaticano".

"Especialmente, en estos últimos tiempos, han demostrado competencia y coraje al afrontar tantos retos y diferentes peligros, empeñándoos con generosidad en la prevención de crímenes. Así, habéis permitido el acceso seguro de los pelegrinos en la Basílica y a los diversos encuentros con el Sucesor de Pedro".

Francisco reconoció el enorme sacrificio que realizan las fuerzas de seguridad para proteger un lugar tan importante como la Basílica y la Plaza de San Pedro: "Se los agradezco, y no son solo palabras, se los digo con el corazón: ¡gracias!"

"Conozco la fatiga de vuestro trabajo y el sacrificio que cada día debéis afrontar. Sabed que os aprecio mucho y que con frecuencia pienso con sincero reconocimiento en vosotros y en vuestra valiosa labor".

En este sentido, el Pontífice se refirió a los millones de peregrinos que pasaron por el Vaticano con motivo del Jubileo extraordinario de la Misericordia, "evento de especial relevancia espiritual, que ha visto en los meses pasados afluir a Roma a muchos peregrinos provenientes de muchas partes del mundo".

En esos meses, "también ustedes han sido llamados a un mayor empeño operativo para garantizar que las celebraciones y otros eventos relacionados con el Jubileo se pudieran desarrollar en seguridad y serenidad".

"El orden exterior sobre el cual han vigilado con gran diligencia, atención y constante disponibilidad, ha contribuido a favorecer el interior de los peregrinos, en búsqueda de paz en el encuentro con la Misericordia del Señor", concluyó el Santo Padre.

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