En su nueva columna semanal, titulada "Un Camino a Seguir en Materia de Inmigración" el Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gómez, habló sobre la preocupación que existe en torno a la cruda realidad de las deportaciones de los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos anunciadas por el Presidente electo Donald Trump.
El también Vicepresidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos indicó que este organismo ha decidido que el 12 de diciembre, fiesta de la Virgen de Guadalupe, se celebre el día nacional de oración por los migrantes y refugiados.
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Mons. Gómez explicó en su columna semanal que el sistema de inmigración de Estados Unidos "ha sido defectuoso durante mucho tiempo, y nuestros políticos han dejado de tomar cartas en el asunto por un tiempo tan largo, que las personas que ahora estamos castigando se han convertido en nuestros vecinos".
El Prelado indicó que en Estados Unidos "tenemos a millones de personas viviendo en el borde de nuestra economía y de nuestra sociedad, viviendo en el constante temor de que un día, sin previo aviso, serán deportados y nunca volverán a ver a sus familias nuevamente".
"La mayoría de los 11 millones de personas indocumentadas en Estados Unidos han estado viviendo aquí durante cinco años o más. Dos tercios de ellos han estado aquí por lo menos una década. Casi la mitad están viviendo en sus hogares con su cónyuge y sus hijos", explicó el Arzobispo de Los Ángeles.
También recordó que hay cerca de 1.8 millones de jóvenes indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños y que ahora viven "en una especie de limbo" porque en algunos estados no pueden inscribirse en la universidad o conseguir trabajo.
El Prelado refirió que el gobierno de Barack Obama ha deportado a más de 2.5 millones de personas en los últimos ocho años, más que cualquier otra administración de la historia.
El Prelado indicó que el verdadero problema no son los trabajadores indocumentados sino la "globalización y la desindustrialización y lo que esto le está haciendo a nuestra economía, a nuestras estructuras familiares y a nuestros vecindarios".
Los blancos, los latinos, los asiáticos, los negros y otros están sufriendo por la ruptura de las familias y la desaparición de los trabajos bien pagados que son lo que hace posible apoyar a una familia".
La mayoría de estos deportados "no son criminales violentos. De hecho, hasta una cuarta parte de ellos son madres y padres de quienes nuestro gobierno se está apoderando en hogares comunes y corrientes".
Mons. Gómez añadió que en el marco de la salida de la administración de Obama y del próximo mandato de Donald Trump la situación de los inmigrantes indocumentados en el país es incierta, pero "oramos con confianza y esperanza".
"Creo que en nuestro país hemos llegado a un momento en el que nuestros líderes estarían finalmente dispuestos a unirse para arreglar nuestro sistema de inmigración", resaltó.
Puede leer la columna completa AQUÍ.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 25 de septiembre de 2015