Tras el rezo del Ángelus, el Papa Francisco recordó a las víctimas de la guerra en Siria, en especial a los afectados por los combates en la ciudad de Alepo y pidió el fin de la violencia.
"Hoy nos sentimos cercanos, especialmente en la oración, a la gente de Alepo. No podemos olvidar que Alepo es una ciudad en la que hay personas: familias, niños, ancianos, enfermos…", señaló el Santo Padre para resaltar que la guerra no son solo números o movimientos de tropas, sino que tiene efectos dramáticos sobre la población.
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#ZoomAlepo ¿Por qué el mundo no ha podido frenar la crisis en Alepo? pic.twitter.com/8RI4hMKUs9
- Zoom a la noticia (@NTN24Zoom) 1 de diciembre de 2016
"Por desgracia –continuó el Pontífice–, nos hemos acostumbrado a la guerra, a la destrucción, pero no hay que olvidar que Siria es un país lleno de historia, de cultura y de fe. No podemos aceptar que esto sea negado por la guerra, que es un cúmulo de abusos y de mentiras".
"Apelo al compromiso de todos para que se haga una elección por la civilización: no a la destrucción, sí a la paz, sí a la gente de Alepo y de Siria", dijo.
En los últimos días, la ofensiva del ejército sirio, con apoyo aéreo ruso y con la ayuda de milicias chiíes provenientes del Líbano, Irak e Irán, ha conseguido arrebatar a los rebeldes opositores más de 50 barrios de la zona oriental de Alepo, incluida la ciudad vieja, de gran valor estratégico. De esta manera el régimen del presidente sirio Bashar al-Assad controla ya más del 90% de la ciudad.
Alepo es la segunda ciudad más importante de Siria, después de Damasco, y una pieza clave para la guerra que desde hace casi seis años enfrenta al Gobierno sirio con diferentes grupos opositores, incluidos Estado Islámico y Al Qaeda. Antes de la guerra, Alepo era la ciudad más poblada de Siria, con más de dos millones de habitantes, y su principal motor económico.
En la actualidad, Alepo es una ciudad en ruinas, incluida su ciudad vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su población ha huido prácticamente en su totalidad, y los que no lo han hecho, tratan de escapar desesperadamente.
En los últimos tres días, aprovechando un cese de los bombardeos temporal anunciado por Rusia, han escapado de los escombros de Alepo más de 18.000 civiles.
Desde el comienzo de la guerra civil en el año 2011, han muerto en Siria alrededor de 300.000 personas, y 11 millones se encuentran en calidad de refugiados tanto dentro como fuera de las fronteras del país.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 17 de noviembre de 2016