Los católicos deben mirar a María para ser parte de una religión que combate por la verdad, más que asimilar la cultura popular, señaló el Arzobispo de Filadelfia (Estados Unidos), Mons. Charles Chaput.
El Prelado señaló esto durante el discurso que dio el pasado 19 de octubre en el Simposio de Obispos en la Universidad de Notre Dame que tituló "Recordar quiénes somos y a qué historia pertenecemos" y donde reflexionó sobre la urgencia de que los católicos recuperen su verdadera identidad y por qué deben tener "una actitud luchadora".
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"Si queremos reclamar quiénes somos como Iglesia, si queremos renovar la imaginación católica, tenemos que empezar en nosotros mismos y en nuestras parroquias locales, desconectando nuestros corazones de los supuestos de una cultura que todavía parece familiar pero que ya no es realmente 'nuestra'", expresó el Arzobispo de Filadelfia.
"Por esta razón María – la joven virgen judía, la madre amorosa y la mujer que le da un puñetazo al diablo en la nariz – fue, es y siempre será la gran defensora de la Iglesia", indicó aludiendo a una imagen que data de la Edad Media donde aparece la Virgen María dándole un golpe al diablo en la nariz.
"No lo reprende. No entabla conversación con él. Le da un puñetazo en la nariz", dijo el Prelado.
Añadió que esta ilustración alude a lo que dijo el escritor inglés C.S Lewis sobre el cristianismo como "una religión luchadora". Esto no quiere decir que lo sea "en el sentido de odio o violencia dirigida a otras personas, sino en la lucha espiritual contra el mal en nosotros y en el mundo que nos rodea, donde nuestras armas son el amor, la justicia, la valentía y la entrega".
El problema, prosiguió el Arzobispo de Filadelfia, es que muchos católicos, sobre todo en Estados Unidos, han abandonado esa "lucha espiritual" y han asimilado mucho de una cultura que "agua nuestras fuertes convicciones religiosas en nombre de la tolerancia liberal y embota nuestras ansias de lo sobrenatural con un río de ateísmo práctico en forma de bienes de consumo".
Mons. Chaput señaló que los políticos católicos han hecho esto siguiendo sus propias "ambiciones y apetitos" en vez de permanecer leales a la Iglesia y que los laicos y los miembros del clero han hecho lo mismo con un "silencio apóstata".
Señaló que el Papa Benedicto XVI explicó que esto no es "renunciar públicamente al bautismo", sino que simplemente un católico se queda callado cuando "su fe exige que hablen; ser cobardes cuando Jesús les pide que sean valientes; 'separarse de' la verdad cuando tienen que esforzarse y luchar por ella".
Asimismo, Mons. Chaput advirtió contra una visión tecnocrática en el mundo que considera todas las soluciones a los problemas como prácticas y técnicas. Siguiendo este pensamiento, "la tecnología obtiene resultados. La oración, no tanto – o al menos no tan inmediata y obviamente", explicó.
"La Iglesia de nuestro bautismo es salvífica. La Iglesia donde muchos americanos realmente rinden culto, la Iglesia que llamamos nuestra cultura popular, es terapéutica", expresó.
En ese sentido, Mons. Chaput exhortó a los obispos a ayudar y retar a los fieles para que aspiren a alcanzar las virtudes heroicas y no se dejen llevar por la cultura actual.
"Para recuperar la Iglesia para la imaginación católica, debemos comenzar por renovar en nuestra gente un sentido que la eternidad es real, que juntos tenemos una misión de la que depende el mundo y que nuestras vidas tienen consecuencias que trascienden el tiempo".
El Prelado recomendó a los católicos que mantengan una distancia sana de la cultura para no ser absorbidos por ella.
Dijo que retar a los fieles de esa forma puede hacer que algunos se alejen de la Iglesia, pero señaló que los líderes no deben tener miedo de predicar la verdad en la caridad, sin importar las consecuencias.
"Obviamente tenemos que hacer todo lo posible para traer a los católicos tibios de vuelta a una vida activa en la Iglesia. Pero nunca debemos tener miedo de una Iglesia más pequeña, más ligera, si sus miembros también son más fieles, más fervientes, más misioneros y más comprometidos con la santidad", señaló.
Asimismo indicó que no hay que temer perder a las personas que son "miembros de la Iglesia sólo de nombre", porque puede ser "más honesto para los que se van y más saludable para los que se quedan".
Más bien, "nos debemos centrar en el compromiso, no en números o peso institucional. No tenemos nada que temer mientras actuemos con fe y valentía".
Puede leer el discurso completo en español AQUÍ.
Traducido por Edy Rodríguez Morel de la Prada. Adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en CNA.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 28 de abril de 2016