Margaret Boemer tenía 16 semanas de su tercer embarazo y cuando fue a realizarse una ecografía los médicos le dijeron que su bebé tenía un tumor y que su corazón estaba fallando. Ellos le dieron a la joven madre dos opciones: abortar o someterse a una riesgosa cirugía fetal.
Meet the baby who was born twice: Removed from the womb for surgery, then returned https://t.co/7L9NAlN3GJ pic.twitter.com/ysEyOBxKZ8
- CNN (@CNN) 20 de octubre de 2016
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La bebé tenía un tumor llamado teratoma sacrococcígeo, que aparece antes del nacimiento y crece en el coxis del bebé. El doctor Darrell Cass, cirujano y co-director del Centro Fetal de Niños de Texas (Estados Unidos), explicó a CNN que este es el tumor más frecuente en los infantes.
El teratoma sacrococcígeo es más frecuente en las niñas y sucede en uno de cada 35 mil nacimientos. "Algunos de estos tumores pueden ser tolerados. El feto lo tiene y puede nacer con él y se le quita. Pero en la mitad de las veces causan problemas debido a que dificultan la circulación de la sangre", indicó Cass.
El tumor trata de crecer por la succión del fluido sanguíneo del bebé, mientras que el bebé también está tratando de crecer, "por lo que se convierte en una competencia. Y en algunos casos el tumor gana y el corazón falla y el bebé muere". Esto era lo que sucedía con la pequeña Lynlee.
Margaret explicó que el tumor estaba afectando el corazón de su bebé y si seguía creciendo podía morir. "Fue una decisión entre dejar que el tumor avance o darle a la bebé la oportunidad de vivir. Para nosotros fue una decisión fácil: queríamos que ella viva".
Esta no fue la única prueba que Margaret tuvo en su embarazo. Inicialmente iba a ser madre de gemelos, pero perdió uno antes del segundo trimestre. Ahora solo quedaba Lynlee.
Cuando la madre tenía 23 semanas y 5 días de embarazo, el Dr. Cass realizó la cirugía, que duró cinco horas. En ese momento el tumor estaba a punto de ser más grande que el bebé. Cass indicó que usualmente la parte de quitarle el tumor al feto es rápida y que lo único complicado es abrir el útero.
Sin embargo, para las proporciones del tumor que tenía Lynlee se necesitaba hacer una incisión muy grande así que al final tuvieron que sacar a la bebé del útero.
Durante la cirugía, el ritmo cardiaco de Lynlee comenzó a bajar. "Básicamente se detuvo" comentó Cass y añadió que el cardiólogo logró contener la situación. Cuando terminó la operación los médicos volvieron a colocar a la bebé dentro del útero y lo cosieron.
"Es como un milagro que tu puedas abrir el útero y volverlo a cerrar y aún así que siga funcionando", explicó el Dr. Cass.
Después de la cirugía, Margaret tuvo que permanecer en reposo. Tiempo después, dio a luz a Lynlee Hope vía cesárea con casi 36 semanas el pasado 6 de junio.
La bebé tuvo que volver a ser operada para quitarle los restos del tumor que no se pudieron extraer en la operación anterior. Unas semanas después, Lynlee se recuperó y pudo volver a casa.
El Dr. Cass indicó que la bebé está completamente sana y que crece con normalidad.
Para Margaret vivir todo este proceso fue "muy difícil" pero la oportunidad de tener a su bebé en brazos "valió cada dolor".
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- Eyewitness News (@ABC7NY) 21 de octubre de 2016
En una entrevista concedida al periódico Click 2 Houston, Margaret indicó que el parto fue en realidad "su segundo nacimiento. Fue un alivio poder verla finalmente y ver que ella pudo superar todas las dificultades que tenía y con su corazón...luego de la cirugía fetal su corazón pudo sanarse mientras yo seguía con el embarazo. Ella ya no tiene problemas con el corazón y está muy bien".
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