El Papa Francisco dedicó la catequesis de la Audiencia General de este miércoles al conocido pasaje del Evangelio en el que Jesús dice: "Venid a mí vosotros todos que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré" y aprovechó para enviar un mensaje de esperanza a los fieles.
"A veces nuestro cansancio es causado por haber puesto la confianza en cosas que no son lo esencial, porque nos hemos alejado de aquello que vale realmente en la vida", dijo el Santo Padre.
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"El Señor nos enseña a no tener miedo de seguirlo, porque la esperanza que ponemos en Él no será defraudada". Así, debemos "vivir de misericordia para ser instrumentos de misericordia, vivir de misericordia quiere decir estar necesitados de Jesús y aprender entonces a ser misericordiosos con los otros", añadió.
El Papa también lanzó un llamado especial a no perder la esperanza: "No nos dejemos quitar la alegría de ser discípulos del Señor, déjate ir a Jesús, siente su misericordia y tu corazón será colmado de alegría y perdón. No nos dejemos robar la esperanza de vivir esta vida junto a Él y con la fuerza de su consuelo".
Sobre el relato del Evangelio, el Pontífice explicó que "la invitación del Señor es sorprendente. Llama a seguirlo a personas sencillas y marcadas por una vida difícil, personas que tienen muchas necesidades y les promete que en Él encontrarán reposo y alivio". "¡Ojalá –continuó– todos los líderes del mundo pudiesen decir esto!".
El Papa explicó que la invitación de Jesús es "para aquellos que se sienten cansados y oprimidos". "Ellos solo pueden confiar en Dios. Conscientes de la propia humildad y condición mísera, saben depender de la misericordia del Señor, esperando en Él la única ayuda posible".
Al final, "en la invitación de Jesús encuentran finalmente respuesta a su espera: convirtiéndose en sus discípulos reciben la promesa de encontrar un vida nueva".
El Santo Padre recordó que muchos peregrinos atraviesan la Puerta de la Misericordia "para encontrar a Jesús, su amistad". "Este camino expresa la conversión de cada discípulo que se pone tras las huellas de Jesús, y la conversión consiste siempre en redescubrir la misericordia del Señor, infinita e inagotable".
El Papa también comentó las palabras "Tomen mi yugo" y afirmó que Jesús "quiere enseñarles que descubrirán la voluntad de Dios mediante su persona, mediante Jesús, no mediante leyes y prescripciones frías que Jesús mismo condena".
Jesús también les pide "aprended de mí" por lo que "propone un camino de conocimiento y de imitación". "Jesús no es un maestro que con severidad impone a otros cargas que él no lleva, esta es la acusación que él hacía a los doctores de la ley", señaló".
En definitiva, "para salvar a la humanidad Jesús no ha recorrido un camino fácil, al contrario, su camino ha sido doloroso y difícil". "En Él la misericordia de Dios se ha hecho cargo de las pobrezas de los hombres, donando así a todos la posibilidad de la salvación". "Él se ha hecho todo a todos, se ha donado a los pobres, a la gente, trabajaba todo el día con ellos, Jesús no era un príncipe".
"Es feo para la Iglesia cuando los pastores se convierten en príncipes, son lejanos a la gente, a los pobres. Ese no es el espíritu de Jesús, a estos pastores Jesús les reprobaba", denunció.
Para concluir, Francisco pidió que en los momentos de cansancio y desilusión "nos acordemos de estas palabras, que nos dan tanto consuelo y nos hacen entender si estamos poniendo nuestras fuerzas al servicio del bien".
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TEXTO Catequesis del Papa sobre aquellos que están afligidos y agobiados https://t.co/8AWEV3R8aK
- ACI Prensa (@aciprensa) 14 de septiembre de 2016