Este viernes 9 de septiembre salió a la venta en las librerías de Italia el libro entrevista "Últimas conversaciones", en el que, entre otras cosas, el Papa Emérito Benedicto XVI explica por qué desistió de llamarse Juan Pablo III, siendo él el sucesor de San Juan Pablo II.
El Papa Emérito, entrevistado por el periodista alemán Peter Seewald, comenta que desistió de llamarse Juan Pablo III por una muestra de "respeto".
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"Lo habría percibido como excesivo porque era un parangón que no habría podido sostener", afirma Benedicto XVI en el diálogo con Seewald, que ya antes publicó el libro entrevista "Luz del mundo" con el Sumo Pontífice Emérito.
En las páginas del nuevo libro "Últimas Conversaciones", Benedicto XVI recuerda cómo era su amistad con San Juan Pablo II, a quien conoció durante el Concilio Vaticano II y comenta su visita a Munich cuando era Arzobispo de esa diócesis alemana.
Sobre su relación con el Papa Francisco, Benedicto XVI comenta que entre ambos no hay rupturas, y afirma que cuando el Santo Padre era cardenal se mostraba como "un hombre muy decidido, que en Argentina decía con mucha resolución si esto se hace o no se hace".
"Su cordialidad, su atención ante los otros eran aspectos de él que yo no notaba. Por eso ha sido una sorpresa", añade.
En el texto el Papa Emérito también señala que fue quien inició la obra reformadora de la estructura del Vaticano, comenzando por el Instituto de las Obras de Religión (IOR), el llamado Banco del Vaticano. "Hubiera querido hacer más si hubiera podido proceder solo lentamente y con prudencia", indica.
Benedicto XVI tampoco teme señalar algunas actitudes erradas de la Iglesia en Alemania y rechaza las afirmaciones del actual Arzobispo de Munich, Cardenal Reinhard Marx, quien habló recientemente sobre una "corte vaticana" pródiga. "Siempre hemos vivido de manera muy simple. No sé qué cosa ha inducido al Cardenal Marx a hacer esa afirmación", señala.
La vaticanista italiana de ACI Stampa, Angela Ambrogetti, afirma que en este libro Benedicto XVI "habla de sí mismo con dulzura y humildad, pero también con la clara consciencia de aquello que ha llevado a término en su vida y en el pontificado".
"Reforma, esfuerzos, opciones justas y erradas, no evita nada de los años del pontificado y del tiempo que está viviendo en un modo nuevo para la Iglesia. Y lo hace con la serena mirada de quien usa el corazón antes que la razón y en plena confianza a Dios", prosigue.
En el texto, dice Ambrogetti, Benedicto XVI afirma que tal vez no supo presentar suficientemente bien "la catequesis de los miércoles, pero sí está convencido de que su encíclica más bella es la 'Deus Caritas est'".
"El monasterio es su lugar preferido, sin mucha gente para encontrarse, con más tiempo para la oración, aunque tal vez no con la energía que quisiera, y con la conmoción en el corazón de quien derrama algunas lágrimas cuando recuerda el vuelo en helicóptero del 28 de 2013 (cuando se hizo efectiva su renuncia al pontificado): 'sentía el sonido de las campanas de Roma, sabía que podía agradecer y que el estado de ánimo en el fondo era la gratitud´".
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- ACI Prensa (@aciprensa) 24 de agosto de 2016