Por Álvaro de Juana
Este sábado se ha celebrado en Italia el funeral de estado por las 35 de las 49 víctimas del terremoto en la ciudad Arquata del Tronto, un pueblo de solo 1.200 habitantes en la región de Las Marcas, que junto con Accumoli y Amatrice, en Lazio, cuentan con el mayor número de víctimas mortales.
La ceremonia tuvo lugar en el mismo día que toda Italia vive una jornada de luto oficial por las ya 290 víctimas.
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Primer funeral de las víctimas del terremoto, que ascienden ya a 290 https://t.co/KRLeykZddG
- Europa Press (@europapress) 27 de agosto de 2016
El funeral fue presidido por el Obispo de Ascoli Piceno, Mons. Giovanni D'ercole, en el gimnasio que se encuentra junto al Hospital Manzoni de dicha ciudad.
Delante del altar, que tenía un crucifijo salvado de las ruinas de una de las iglesias que se derrumbó durante el sismo, fueron situados los ataúdes de las víctimas.
En un momento de la celebración, el Obispo leyó uno por uno el nombre de las víctimas presentes. "No tengáis miedo de gritar vuestro sufrimiento, pero no perdáis la valentía. Juntos reconstruiremos nuestras casas e iglesias, juntos daremos de nuevo vida a nuestras comunidades, partiendo de nuestras tradiciones y de los escombros", dijo el prelado durante la homilía.
Mons. D'ercole señaló que aparentemente no hay respuesta a la pregunta que muchos le realizan "y ahora, ¿qué se hace?". "La respuesta es quizá el silencio, y la paz y para mí la oración", afirmó el Obispo.
No obstante, subrayó que "podemos decir que el terremoto, como la enfermedad, el dolor y la muerte, pueden quitarnos todo, excepto el humilde coraje de la fe". "Sin el manantial de la fe estaríamos en el umbral de la miseria más negra", añadió.
"Nuestra fe, nuestra difícil fe nos indica cómo retomar el camino: con los pies en la tierra y la mirada al cielo".
Dirigiéndose a los familiares de las víctimas los animó a "no perder el valor, porque solo con valor podremos reconstruir nuestras casas y nuestras iglesias y volver a dar vida a nuestras comunidades".
La ceremonia ha contado con la asistencia del presidente de la República, Sergio Mattarella así como del primer ministro, Matteo Renzi, acompañado por su mujer Agnese Landini, y los presidentes de la Cámara de los Diputados y del Senado, Laura Boldrini y Pietro Grasso.
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