El Arzobispo de Hong Kong (China), Cardenal John Tong, publicó recientemente un artículo donde deja entrever la posibilidad de un acuerdo entre el gobierno comunista y la Santa Sede, el cual reconocería la autoridad del Papa para nombrar obispos, sin considerarlo "una injerencia en los asuntos internos de China".
Hong Kong's Cardinal John Tong Hon writes on the China-Holy See dialogue https://t.co/FjfPGr8msh @la_stampa
- Vatican Insider (EN) (@vatican_en) 4 de agosto de 2016
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El texto fue publicado el 4 de agosto en chino, inglés e italiano, y en este el Purpurado de 77 años reflexionó sobre las relaciones entre el régimen chino y la Santa Sede, desde que los comunistas tomaron el poder en 1949 y expulsaron al Nuncio Apostólico en 1951, hasta la actualidad; un tiempo en el cual "la unidad entre la Iglesia católica en China y la Iglesia universal se fue haciendo cada vez más difícil".
En ese sentido, abordó la situación de los obispos ilegítimos (aquellos que no fueron nombrados por el Papa); y de los "subterráneos" (nombrados por la Santa Sede y que por tanto no pertenecen a la Asociación Patriótica, que es la "iglesia oficial" controlada por el gobierno).
Además, el Cardenal Tong reflexionó sobre la situación de los prelados encarcelados y la Conferencia de los obispos en China, que no es reconocida por el Vaticano, pues excluye a los obispos nombrados por ella.
A pesar de esto, el Arzobispo, que también es director del Centro de Estudios Holy Spirit de Hong Kong, afirmó que ahora las cosas están cambiando y "afortunadamente, después de haber trabajado muchos años en el problema, la Iglesia Católica gradualmente se ganó la consideración del gobierno chino, que ahora está dispuesto a llegar a un acuerdo con la Santa Sede sobre la cuestión del nombramiento de los obispos en la Iglesia católica en China y en la búsqueda de un plan recíprocamente aceptable".
Con el acuerdo se busca "no afectar la unidad de la Iglesia Católica ni los derechos esenciales del Pontífice Romano de nombrar a los obispos" y "no permitir que el derecho del Papa de nombrar a los obispos sea considerado una injerencia en los asuntos internos de China", afirmó.
Asimismo trata de responder a quienes creen que este acuerdo podría "ir contra los principios de la Iglesia" y contradecir la carta de Benedicto XVI a los católicos chinos de 2007. "Aunque los términos concretos del acuerdo recíproco no han sido publicados, consideramos que el Papa Francisco, en calidad de protector de la unidad y de la comunión de la Iglesia universal, no aceptará un acuerdo que dañaría a la Iglesia Católica en China y a la Iglesia universal", expresó.
Sin embargo, ante las críticas dentro y fuera del país, el Arzobispo fue entrevistado por la revista "América".
Según Vatican Insider, la revista preguntó al Cardenal por qué no se había referido a la Asociación patriótica china que ejerce el control por cuenta del gobierno chino. El Purpurado respondió que "el fundamento lógico y la perspectiva de la Asociación están implícitos en el artículo. En su carta de 2007, Papa Benedicto XVI tampoco mencionó la Asociación en el texto, pero se hacía referencia a ella explícitamente en la nota a pie número 36".
En ese sentido, el Cardenal añadió que su artículo trata de ofrecer una respuesta, principalmente a todos los sacerdotes chinos, sobre cuatro preguntas para "evitar incomprensiones".
Las cuatro preguntas son: ¿Por qué la Santa Sede insiste persistentemente en el diálogo en lugar de afrontar al gobierno chino? ¿Qué significa la comunión entre Iglesias particulares y la Iglesia universal? ¿Con base en cuáles criterios deberían ser nombrados los obispos en las Iglesias locales de la China Continental? ¿Cuál es el papel de la llamada Conferencia de los obispos en la Iglesia católica en China? ¿Y cuál es la relación con cada una de las diócesis?
Además indicó que su artículo comenzó a escribirlo el 24 de mayo, en la Jornada Mundial de Oración para la Iglesia en China, con el objetivo de ayudar a "promover el diálogo entre la Iglesia en China y la Iglesia universal y entre China y la Santa Sede". Además aclaró que este representa su "punto de vista" y es el resultado de sus reflexiones tras 36 años de investigación sobre China y sobre las relaciones entre el gobierno y el Vaticano.
La Iglesia Católica en China
Según un artículo del teólogo e investigador Thomas D. Williams se estima que unos 6 millones de ciudadanos chinos pertenecen a la Iglesia Católica y que no se identifican como miembros de las iglesias reconocidas y controladas por el Partido Comunista.
Los sacerdotes clandestinos, que suelen oficiar Misas en casas y que se niegan a cumplir con el régimen para mantener su fidelidad a la Iglesia, en ocasiones son capturados y torturados en los llamados programas de "reeducación" o simplemente son desaparecidos.
Al menos cinco sacerdotes han "desaparecido" en China solo en el mes de abril. Un sexto fue encontrado muerto.
El Partido Comunista de China es la mayor organización explícitamente atea en el mundo, con 85 millones de miembros oficiales, mientras que los cristianos en el país son una minoría de unos 100 millones en una población total de 1.350 millones de personas.
El cristianismo está creciendo tan rápido en China que algunos señalan que podría ser la nación con más cristianos en unos 15 años más. Por el momento, el mayor crecimiento se produce fuera en la Iglesia clandestina fiel a Roma que no es controlada por el Estado.
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