La Conferencia Episcopal Colombiana (CEC) pidió a la comunidad internacional buscar "los mejores modos para resolver las problemáticas migratorias", en este caso de los miles de migrantes cubanos y haitianos varados en el país sudamericano, "asegurando el respeto a los derechos humanos" de las personas implicadas.
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- EL HERALDO (@elheraldoco) 2 de agosto de 2016
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Entre 1.300 y 2.400 migrantes cubanos se encuentran ilegalmente en el puerto de Turbo, en Antioquia (Colombia), esperando continuar su camino hacia Estados Unidos. El Gobierno de Juan Manuel Santos pidió a estas personas aceptar una deportación voluntaria para no tener que recurrir a la expulsión obligatoria.
Sin embargo, esto provocó que decenas de estas personas se internaran en la selva ubicada en la frontera entre Colombia y Panamá.
Por su parte, Costa Rica advirtió este jueves que no permitirá el paso a los migrantes cubanos que intentan entrar desde Colombia y que deportará a los que ingresen ilegalmente. Indicó que no tiene las condiciones para recibir a más migrantes como hizo el año pasado, cuando Nicaragua se negó a dejarlos pasar para que continuaran su ruta a Estados Unidos.
Señaló que la negativa de Nicaragua de permitirles el paso se suma a la actual presencia en Costa Rica de más de 2.000 migrantes procedentes mayormente de Haití y países africanos. Indicó que esto hace imposible recibir a los cubanos.
En un comunicado publicado hoy, los obispos señalaron que esta realidad exige "poner en marcha iniciativas coordinadas entre los gobiernos para actuar en profundidad y resolver eficazmente los problemas migratorios".
El comunicado, firmado por el Vicepresidente de la CEC, Mons. Oscar Urbina, agradece "los ingentes esfuerzos de la Diócesis de Apartadó para acoger y atender, en cuanto le es posible, las necesidades más urgentes de estos inmigrantes".
En ese sentido, recordó las palabras del Papa Francisco de que "los inmigrantes son nuestros hermanos y hermanas que buscan una vida mejor lejos de la pobreza, del hambre, de la explotación y de la injusta distribución de los recursos del planeta", y que "tuteladas en su dignidad, pueden contribuir al bienestar y progreso de todos".
Por ello exhortaron a los colombianos "a acabar con cualquier forma de indiferencia", y en especial a los católicos a "actuar la fe, la esperanza y la caridad que permiten reducir las distancias que nos separan de los dramas humanos, a mirarlos con ojos de misericordia y a promover una cultura del encuentro".
"A nuestros queridos hermanos y hermanas inmigrantes los invitamos a mantener viva la esperanza. Los tenemos vivamente presentes en nuestras oraciones; encomendamos sus necesidades, anhelos y esperanzas a la protección maternal de María Madre, Reina de la Misericordia", alentaron los obispos.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 20 de noviembre de 2015