4 de agosto de 2016

Ago 4, 2016

Son muchos los frutos que trajo consigo la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Cracovia 2016, también para los voluntarios que sirvieron durante la semana que duró el exitoso encuentro de millones de jóvenes de todo el mundo con el Papa Francisco.

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Laura Correa, una joven voluntaria de Colombia que asistió a la JMJ Río 2013 y a la reciente JMJ Cracovia 2016 en Polonia, reflexionó sobre este encuentro mundial y dijo que la Jornada es "un espacio donde se vive verdaderamente la Misericordia de Dios".

"Ser voluntario significó entregarme totalmente, sin importar cuántas barreras tuve que cruzar ni cuántos vuelos tuve que tomar, porque aquí entendí que Dios sí existe", destaca.

"Antes no entendía qué significaba la palabra Misericordia, la había leído muchas veces en el Evangelio, sin embargo aquí pude entenderla y aplicarla en el puesto de trabajo que me encomendaron, repartiendo agua a los peregrinos", dijo la joven peregrina.

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"La JMJ me parece espectacular porque es escapar de la realidad que nos agobia. Un mundo sin fe, alma, ni espíritu. Yo siempre llego a la JMJ para alimentar mi fe y mi cuerpo, es una especie de retiro masivo que me traslada al mundo ideal de la fe, del espíritu y del alma", agregó.

Asimismo, contó una anécdota que le permitió confirmar que Dios guiaba su camino y que no se encontraba "encerrado" en ningún lado, sino que está presente hasta en el lugar más remoto.

"Un día libre fui con un grupo a un parque natural, escalamos media hora y luego fuimos por un camino diferente. Cuando escalamos le decía a Dios: 'Hazme saber que estoy haciendo lo correcto, que estoy acá por ti, que Tú me quieres aquí'. Efectivamente, en mi oración, cuando descendimos, llegamos bordeando un lago y nos topamos con una celebración eucarística de peregrinos canadienses, y nos sentamos cerca de ellos sin preguntarles nada".

"Al final de la Misa nos agradecieron por habernos quedado. Fue un recuerdo muy bonito que me llenó el alma, me pareció increíble recibir el Cuerpo de Cristo en un lugar tan mágico donde solo había montañas. Confirmé que Dios está conmigo y no está encerrado en ninguna parte", narró Laura.

Otros testimonios como el de Dainer Prieto, seminarista de la diócesis de Maracaibo en Venezuela, explican la importancia del Papa Francisco para los jóvenes de hoy, como Pastor de toda la Iglesia.

"No había sentido ningún tipo de experiencia en particular hasta el día del Tauron Arena, donde el Papa se dirigió a nosotros los voluntarios. Creo que me voy con las respuestas a las dudas que tenía. El Papa hoy respondió claramente: memoria y coraje para ser jóvenes de un buen futuro", expresó.

Por su parte, otro voluntario llamado Felipe Vásquez de Medellín (Colombia), aseguró que tener al Papa cerca es "tener una energía muy buena donde todo el mundo entra en júbilo frente a mensajes llenos de sabiduría, para entender que la fe no son palabras vacías, sino que es algo para entregar al mundo".

"Son estos eventos como la JMJ que te hacen entrar en recogimiento, evidenciar la Palabra y ser mensajero del Evangelio", concluyó.

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