El Vicario Apostólico de Anatolia en Turquía, Mons. Paolo Bizzeti, afirmó que tras el fallido golpe de estado en el país, es necesario recurrir al "arma del diálogo que es la única que puede asegurar la vida civil".
En declaraciones a Radio Vaticana, el Prelado italiano afirmó que "de parte de la Iglesia creo que será unánime el testimonio de que es necesario bajar el tono y que se debe buscar comprender cuáles son las causas del malestar" que originaron el intento de golpe.
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Intento de golpe de Estado en #Turquía deja 17 policías muertos https://t.co/M7EhmnbmRe pic.twitter.com/KPF3hE1gOc
- Noticieros Televisa (@NTelevisa_com) 16 de julio de 2016
CNN en Español informó que el caos en el país se inició con un intento fallido de golpe de estado durante una noche donde reinó el caos y la violencia. Los hechos dejaron al menos 161 muertos y más de 1400 heridos.
Otros medios señalan que la cifra de personas que han perdido la vida supera los 200 y que los heridos serían unos mil.
El Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, pidió a la población rechazar el intento de golpe saliendo a las calles, desafiando la corte marcial y el toque de queda que habían impuesto los militares.
Una gran cantidad de personas salió a las calles y este sábado el mandatario afirmó que tienen el control del país.
En total han sido más de 2.800 los militares detenidos, mientras que 5 generales y 29 coroneles fueron retirados de sus cargos y arrestados, según informa el Ministerio del Interior.
Mons. Paolo Bizzeti, Vicario Apostólico de Anatolia desde noviembre de 2015, explicó que en estos momentos "es difícil, también para nosotros, comprender las reales dimensiones de estos hechos y por eso es necesario ser muy cautos".
"Desafortunadamente –prosigue el Obispo– hemos escuchado en varias ocasiones en estos últimos tiempos de una serie de hechos sangrientos que ya revelan una tensión al interior del país".
"Aunque la gran mayoría de las personas es seguramente pacífica y vive tranquilamente, no se puede negar, también en estos últimos tiempos, que se practica una política del odio, del desencuentro; y esto evidentemente lleva a una deflagración más grande", denuncia el Prelado.
El Obispo resalta luego que "la única cosa inteligente por hacer es no exasperar el tono para reencontrar aquel mínimo de calma necesaria para comprender las razones de los insurgentes".
Una insurrección, concluyó, "de la que aún no se sabe cuánto se extendió, es prueba siempre de un malestar y hace falta ir a las causas del mismo".
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- ACI Prensa (@aciprensa) 19 de abril de 2016