"Los intereses del gobierno no son los intereses del país", denunció el Presidente del Episcopado venezolano, Mons. Diego Padrón, en un discurso donde criticó la ingobernabilidad y la falta de "autoridad moral" del régimen de Nicolás Maduro para llamar al diálogo y la paz, cuando niega a la Iglesia y otras instituciones la posibilidad de traer medicinas y alimentos para aliviar las penurias de la población.
El también Arzobispo de Cumaná hizo esta denuncia durante el discurso de apertura de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).
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"La ingobernabilidad, aparte de la brutal represión, y la carencia de respuestas serias y estables, que superen la improvisación y la provisionalidad, provocan la percepción generalizada de que la crisis global se agudiza y se prolonga sin límites", señaló el Prelado.
Mons. Padrón advirtió que esta percepción genera en la población "incertidumbre, desesperanza, depresión, rabia y violencia social", con saqueos y disturbios por la falta de alimentos tal como ocurrió en Cumaná a mediados de junio y en Tucupita entre el 30 de junio y 1 de julio, con decenas de detenidos y enfrentamientos con la Guardia Nacional Bolivariana.
Estas ciudades y otras más, indicó el Prelado, "han experimentado los efectos de las políticas económicas y sociales equivocadas y la indolencia de las autoridades".
"Pareciera que una nueva edición del 'caracazo' se realiza por capítulos", advirtió Mons. Padrón en referencia a las protestas y disturbios que ocurrieron en Caracas entre el 27 de febrero y 8 de marzo de 1989 durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez. En ese entonces el país enfrentaba otra crisis económica. Las protestas terminaron con cerca de 300 muertos.
En ese sentido, señaló que "un gobierno que no ha podido derrotar 'la guerra económica' y dar alimentos y medicinas al pueblo, aún más, negado a permitir que instituciones religiosas o sociales presten su concurso para aliviar las penurias y dolencias del pueblo, carece de autoridad moral para llamar al diálogo y a la paz".
A esto se suma la ineficacia del régimen chavista –con 17 años en el poder–, para "controlar y dominar la delincuencia" a pesar de haber tenido todos los recursos. "La sola represión, como la Operación de Liberación del Pueblo (OLP) no es el camino que nos conducirá a la paz", indicó.
El Presidente de la CEV le recordó al gobierno que el diálogo "comienza por el reconocimiento de la gravedad de la situación en todos los órdenes y la manifestación de la voluntad mediante signos visibles, de querer cambiar positivamente o transformar la situación. El incremento del poder militar no solucionará los problemas éticos y sociales. Un diálogo político sin metas precisas, sin fases definidas y sin resultados previstos es inútil".
Mons. Padrón advirtió que "la locura del poder y la permanencia en el poder no justifican cualquier acción ni cualquier política", ni se puede permitir "que la vida humana ceda el puesto a la divinización de la ideología".
"Cuando se da una situación así –afirmó–, hay que recurrir al poder originario que está en el pueblo. Consultarlo y acatar su decisión es un imperativo moral que no puede ser soslayado por ninguna autoridad. El Referéndum Revocatorio comenzó prácticamente el 6 de Diciembre", con las elecciones parlamentarias que dieron a la oposición el control de la Asamblea Nacional.
Asimismo, indicó que las inquietudes de los venezolanos son compartidas "por muchas instancias nacionales e internacionales" y por tanto "en un mundo globalizado no podemos declararnos ajenos a ellas, aduciendo soberanía e independencia", en alusión al llamado del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, para que se aplique en Venezuela la Carta Democrática.
"Es una verdad ética que la democracia en Venezuela está resquebrajada, y quienes tienen la obligación de oír y concertar con todos los sectores no lo están haciendo. Tampoco se puede dialogar si no se reconoce en primer lugar la existencia y paridad del otro. Ignorarlo o eliminarlo agrava más la situación", afirmó.
El Presidente del Episcopado recordó que "los obispos no somos ni oficialistas ni opositores per se", sino que "en nombre del mandato divino de pastorear a todos, a los unos ya los otros, hacemos un llamado para evitar que se siga deteriorando la vida del venezolano y caigamos en una espiral de odio y muerte, cuando existen mecanismos pacíficos y constitucionales que ofrecen una salida legítima a la crisis. Nosotros no somos profetas del desastre. Somos pastores y profetas de la esperanza".
En ese sentido, Mons. Padrón ofreció los "buenos oficios" de los obispos "para facilitar canales de diálogo". Además, ratificó el pedido para que la Iglesia, a través de Cáritas, pueda traer los "medicamentos que necesitan muchos venezolanos urgidos de una atención sanitaria de altura".
"La capilaridad de Cáritas de Venezuela y la cooperación de instituciones privadas, y no de entes gubernamentales, nos hace capaces de recibir y distribuir adecuadamente las muchas ofertas que recibimos a diario del exterior. No es la solución definitiva pero sí es un paliativo que no debería esperar más", señaló.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 5 de julio de 2016