El Vaticano hizo pública hoy la carta Iuvenescit Ecclesia (La iglesia Rejuvenece) de la Congregación para la Doctrina de la Fe que da algunas directrices a los obispos del mundo sobre los carismas eclesiales: movimientos, nuevas comunidades, asociaciones de fieles, institutos seculares e incluso vida consagrada.
El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Gerhard Ludwig Müller, explicó en la presentación que "el título mismo habla de la capacidad del Espíritu Santo de hacer rejuvenecer la Iglesia y, junto a ella, todas las personas, las relaciones y los lugares que
aceptan acogerlo".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Así pues, "el surgir de tantas nuevas asociaciones, grupos y movimientos eclesiales, así como de tantos nuevos de institutos de vida consagrada, después del Concilio Vaticano II, nos ha hecho redescubrir concretamente el fluir eclesial de esta afirmación conciliar".
El Purpurado sostuvo que "hemos creído necesario ofrecer a los Pastores y a los fieles una segura y valiente consideración de la relación entre estos dones, que ha vivificado la vida de la Iglesia, especialmente con el surgir, en el pasado reciente, de los 'movimientos' y de las nuevas comunidades eclesiales".
"El objetivo de este documento es el de favorecer, a través de una profunda conciencia de los elementos esenciales relativos a dones jerárquicos y carismáticos, más allá de toda contraposición o yuxtaposición estéril".
Por su parte, el Prefecto de la Congregación para los Obispos, Cardenal Marc Ouellet, señaló que "la relación entre dones jerárquicos y carismáticos para la vida y la misión de la Iglesia nos coloca ante las estructuras de comunión que permiten a la Iglesia desarrollar su misión de modo tal que se proclame la alegría del Evangelio y suscite la adhesión de los fieles, también de los no creyentes, no por proselitismo sino por atracción, como repite a menudo el Papa Francisco".
"La eclesiología del Concilio Vaticano II ha reconocido a la par los dones jerárquicos y los carismáticos en la Iglesia, abriendo así una estación misionera nueva, fundada sobre el testimonio de comunión y sobre la apertura al diálogo ecuménico e interreligioso".
En definitiva, explicó que el texto ayuda a "cómo integrar estas realidades carismáticas, para precisar la comunicación de la vida consagrada en la Iglesia, para evitar que la vida consagrada se vea como un contrapoder a los obispos, porque ha podido suceder. La vida carismática se integra mejor abrazando las nuevas formas y las antiguas".
Por su parte, el vocero de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, aclaró que la carta "se refiere a muchas realidades diferentes: institutos seculares, vida consagrada, asociaciones laicales,
movimientos, nuevas comunidades; una variedad increíble que con el Concilio se ha enriquecido. El documento ayuda a ver una claridad teológica en los conceptual y espiritual".
La Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe puede consultarse en: