La religiosa india Sor Meena Barwa perdonó a los fundamentalistas hindúes que la golpearon y violaron durante la sangrienta persecución anticristiana que estalló en el estado de Orisa en 2008.
"La violación en grupo fue una experiencia horrible y después fue más doloroso aún. Pero he perdonado a los que violaron mi cuerpo y a todos aquellos que han asesinado, saqueado y quemado hogares. Eso me ha liberado. Me gusta citar a San Pablo: 'Estimo que los sufrimientos de la vida presente no se pueden comparar con la gloria que nos espera y que ha de manifestarse", aseguró en diálogo con Global Sisters Report.
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Barwa, de 34 años, pertenece a las Siervas de María, una congregación indígena de Odisha, un estado de la India oriental. Ella fue una de las víctimas de la peor violencia anticristiana en la historia moderna de la India.
Los ataques o revueltas contra los cristianos comenzaron el 24 de agosto del 2008, un día antes de que Barwa fuera violada, y duraron 4 meses más. Murieron más de 90 personas, 395 iglesias y otros lugares de culto fueron destruidos.
Cerca de 56.000 personas fueron desplazadas y terminaron en la miseria.
"Fui atacada porque soy un miembro de un grupo minoritario. Los fundamentalistas me atacaron porque querían destruir y acabar con el cristianismo, ofender e infligir dolor sobre mí y sobre la Iglesia", acotó Barwa.
Asimismo relató que desde el incidente se vio obligada a vivir lejos de su congregación y comunidad.
"No sigo todos los rituales religiosos y me visto como una laica. Sin embargo, he vivido mi vida al máximo como cristiana y como religiosa. Es cierto que experimenté la humillación, vergüenza, miedo y la amenaza de muerte. Pero también he experimentado abundante riqueza, honor, coraje y ??la protección de Dios".
Barwa fue trabajadora social de un centro pastoral en Divya Jyoti ("Luz Divina"), una de las instituciones de las iglesias incendiadas ubicada en el distrito de Kandhamal, en Odisha. Además, había tomado sus votos en la congregación solo unos meses antes.
También asegura haber superado el trauma a través de la oración y tener la fortaleza para luchar contra su caso en la corte de su país, donde la mayoría de las víctimas de violación se esconden por la vergüenza.
"Hoy vivo una vida normal debido a la misericordia, aceptación y amor de Dios. Conocí a muchas personas que llegaron como ángeles para apoyarme y animarme. He superado aproximadamente el 90% del trauma".
Las últimas estadísticas del National Crime Bureau reporta un número de 93 mujeres violadas cada día en la India.
"Es chocante escuchar este tipo de estadísticas. Cada vez que escucho acerca de la violación de una mujer, siento una parte de mí sigue padeciendo. Las mujeres son consideradas débiles y subhumanas en la India. La violación es el delito más atroz porque nuestra sociedad estigmatiza a sus víctimas. En muchos casos, la mujer muere o se suicida", comentó la religiosa.
Hoy en día Barwa estudia abogacía para ayudar a las mujeres y los niños en peligro. En los últimos dos años ha trabajado en la oficina de una escuela que, según ella, le ha dado cierta estabilidad a su vida.
"El doloroso incidente me ha enseñado a enfrentar desafíos, a ser valiente. Me ha ayudado a confiar en Dios completamente y entiendo sus planes para mí. Dios me ha hecho vivir para ver su gloria y ser agradecido con Él. También me ha hecho optimista", sentenció.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 31 de mayo de 2016