Pasada las 22:30 p.m. (hora local) del miércoles 25 de mayo, desconocidos quemaron casi al mismo tiempo dos iglesias católicas: la capilla San Antonio en la comuna de Vilcún y la capilla Juan Pablo II en la comuna Padre Las Casas, ambas en la Región de La Araucanía en el sur de Chile, a unos 700 kilómetros de la capital.
Los templos que han quedado totalmente calcinados estaban ubicados a unos 70 kilómetros uno de otro. En los dos casos hubo disparos antes de que comenzaran los incendios.
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En los dos lugares se encontraron carteles que piden la liberación de la "machi" Francisca Linconao y de otras 10 personas, acusadas de participar en el incendio al fundo en el que murió el matrimonio de los empresarios Werner Luchsinger y Vivianne Mackay en enero de 2013.
En el pueblo mapuche en Chile la machi suele ser una mujer que cumple el rol de médico, religiosa, consejera y protectora.
Una de las consignas de los carteles fue firmada por el grupo "Weichan Auka Mapu" (Lucha del territorio rebelde), que el 20 de abril se adjudicó más de 40 hechos de violencia registrados desde 2013 en las regiones del Biobío, La Araucanía y Los Ríos.
Respecto al atentado de la capilla Juan Pablo II, el sacerdote a cargo, P. Francisco Peralta, dijo a ACI Prensa que "se está haciendo muy poco con respecto a la seguridad" y que el gobierno tiene que dar las "garantías para vivir tranquilos y garantizar nuestro bienestar".
"Es un daño tremendo a la comunidad que se reúne y hace vida social en estos sectores. Es un daño a los propios hermanos mapuches porque se están atacando entre ellos mismos", agregó.
Por último, calificó que los actos "son de mucha cobardía porque atacan lugares solos. Es muy fácil colocarse un gorro de encapuchados y encender fuego".
En la misma línea, Mons. Francisco Javier Stegmeier, el Obispo de Villarrica donde estaban ubicadas ambas capillas, manifestó su "solidaridad con las comunidades afectadas que como en otras ocasiones son comunidades mapuches pobres que con esfuerzo han levantado sus capillas y de un minuto a otro se vuelven cenizas".
"Comprendemos el dolor que están experimentando y les apoyamos para que puedan seguir confiando siempre en el Señor", agregó.
Además, invitó a los actores del conflicto a "buscar soluciones de diálogo. Si hay injusticias, el camino no es el de la violencia sino, sentarse a conversar".
Con la violencia, prosiguió, "se estigmatiza al pueblo mapuche siendo que son pacíficos, quieren convivir en fraternidad" y lo que haya que resolver sea "por la vía de la verdad, de la justicia, de la paz".
En lo que va de 2016 se ha registrado ocho atentados a templos católicos más la ocupación del Seminario Mayor San Fidel por parte de la de la comunidad mapuche Trapilhue que terminó en desalojo el pasado 2 de marzo.
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¿Por qué están quemando iglesias en Chile? https://t.co/Vm9h2QIEdz
- ACI Prensa (@aciprensa) 21 de abril de 2016