Esta tarde se realizó el juramento de los nuevos reclutas de la Guardia Suiza, que como cada 6 de mayo, tiene lugar en el Patio de San Dámaso en el Vaticano.
Ante cardenales, obispos, miembros de la curia, representantes de las delegaciones diplomáticas ante la Santa Sede, del ejército suizo, familiares y amigos, los 23 nuevos reclutas hacen su juramento sobre la bandera del Cuerpo y luciendo el tradicional uniforme.
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Sean testigos de Cristo en medio de jóvenes que están hambrientos de sentido y plenitud https://t.co/1jOHu5hgN0 pic.twitter.com/JUQ7CQYooP
- ACI Prensa (@aciprensa) 6 de mayo de 2016
Cada uno de los nuevos reclutas, tras escuchar su nombre, se dirigió hacia la bandera oficial de la Guardia Suiza y con la mano izquierda sobre el emblema y la derecha levantada mostrando tres dedos, en señal de su fe en la Santísima Trinidad, pronunció el siguiente juramento:
"Juro que serviré leal y honorablemente al Supremo Pontífice Francisco y sus legítimos sucesores, y que me dedicaré a ellos con toda mi fuerza, sacrificando si es necesario también mi vida para defenderlos. Asumo este mismo compromiso respecto al Sagrado Colegio de Cardenales cuando la sede esté vacante. Además prometo respeto, fidelidad y obediencia a mi comandante y a mis otros superiores. ¡Esto juro! ¡Que Dios y nuestros Santos Patrones me asistan!"
El 6 de mayo, en conmemoración de la muerte de 147 soldados helvéticos caídos en defensa del Sumo Pontífice durante el Saco de Roma en 1527 hacen su juramento los nuevos reclutas de la Guardia Suiza.
Nuevos reclutas juramentan luciendo el tradicional uniforme. Fotos: @Calderon_Martha https://t.co/1jOHu5hgN0 pic.twitter.com/tuT2efyoZE
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Mañana sábado serán recibidos, junto con sus familiares, por el Papa Francisco.
Los reclutas iniciaron la jornada de hoy con una Misa en la Basílica de San Pedro presidida por el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, quien los alentó a ser testigos de Cristo.
"Sean testigos de Cristo, también en vuestra patria, Suiza en un mundo que desea la luz y la vida pero a menudo no tiene el valor de acogerla, en medio de los jóvenes como vosotros, que están hambrientos de sentido y de plenitud, para que podáis decirles que vale la pena proponerse cosas grandes y hermosas, aunque lleven aparejado el compromiso y la entrega y vayan acompañadas de alguna fatiga", exhortó.
Juramentación de un Guardia Suizo en el #Vaticano. Vía @Calderon_Martha pic.twitter.com/cvRYpouiGI
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"Queridos guardias no esperen. Empiecen ya desde hoy a testimoniar –con vuestra fidelidad en el servicio cotidiano por el Santo Padre, con vuestra fraternidad, y las buenas relaciones entre vosotros, con vuestro ejemplo en la fe– que el Señor está vivo, tiene compasión y es misericordioso, que se acerca a los hombres, que quiere dar paz, alegría y plenitud verdadera para curar todas las heridas".
"Miremos a vuestros santos patrones que hoy, en el momento del juramento, con la mano derecha levantada hacia el cielo, invocarán para que los ayuden a cumplir lo que prometéis. Sus corazones estaban llenos de esa alegría del Señor que ninguno puede arrebatar".
Así, continuó, "los santos Martín, Sebastián y Nicolás de Flüe supieron ser verdaderos instrumentos en las manos de Dios, allí donde el Señor los condujo y ante cualquier cosa que les pidiera: como soldados u obispos, como guardias y mártires, como padres de familia, ermitaños o consejeros de paz".
Juramentaron 23 nuevos Guardias Suizos en el Vaticano https://t.co/1jOHu5hgN0 pic.twitter.com/8dIDWNXiN6
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"Pidamos por tanto la intercesión de María Santísima, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y de los santos patronos de la Guardia para ser dóciles instrumentos de Dios y para mostraros ante los hombres y las mujeres de nuestro mundo como testigos verdaderos de Cristo", concluyó.
Además de los servicios de seguridad, como el control de las entradas en el Vaticano, la Guardia Suiza tiene a su cargo algunos servicios de honor en audiencias, recepciones y Misas, pero ninguna de esas es su tarea esencial.
La más importante de sus tareas es vigilar constantemente la seguridad del Santo Padre y de su residencia. Otras tareas complementarias son acompañar al Papa en sus viajes y proteger al Colegio Cardenalicio cuando la Sede Apostólica está vacante.
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