"Vivimos en una época que nos ha acostumbrado a la destrucción que crean las guerras", denunció este miércoles el Papa Francisco durante la audiencia que tuvo con 30 miembros del "Royal Institute for Inter-faith Studies" de Amman (Jordania), en el que explicó que la paz y la amistad se empiezan a construir a través del diálogo, como saben hacerlo los niños.
Este instituto, que toma parte de una reunión promovida por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, fue fundado en 1994 por Su Alteza Real el Príncipe El Hassan bin Talal, de Jordania.
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Es una organización no gubernamental que proporciona un lugar para el estudio interdisciplinario de los problemas interculturales e interreligiosos con el objetivo de reducir las tensiones y promover la paz a escala regional y global.
En la audiencia en la Santa Sede, Francisco recordó su visita a Jordania en mayo de 2014, en el marco de su viaje apostólico a Tierra Santa, y afirmó que el trabajo de esta organización "es una tarea de construcción", pues "vivimos en una época que nos ha acostumbrado a la destrucción que crean las guerras".
Por ello, dijo que "el trabajo del diálogo, del acercamiento nos ayuda siempre a construir. En una reunión de este tipo la palabra más importante es diálogo. Y el diálogo es salir de sí mismos con la palabra y escuchar la palabra del otro. Las dos palabras se encuentran, los dos pensamientos se encuentran. Es la primera etapa de un camino".
"Después de este encuentro de la palabra -agregó- los corazones se encuentran y empieza un diálogo de amistad, que acaba con un apretón de manos. Palabra, corazón, manos. ¡Es fácil! Un niño sabe hacerlo. ¿Por qué no también nosotros? Y este es, pequeño, pequeño, pequeño, el paso de la construcción, de la amistad, de la sociedad".
"Todos tenemos un Padre común: somos hermanos", recordó Francisco. Por ello, alentó a los participantes a seguir por "este camino, que es hermoso. Les doy las gracias porque estáis convencidos de que es bueno ir por ese camino".
Finalmente, tras reiterar su agradecimiento, el Santo Padre les pidió "humildemente que recen por mí y yo les prometo que rezaré por ustedes".