Domingo Savio es patrono de los niños cantores y también de las embarazadas, por haber cumplido en su vida una misión de la Virgen María.

Nació en San Giovanni da Riva, en el Piamonte, Italia, en 1842. Desde muy pequeño se sintió llamado al sacerdocio y, apenas conoció a Don Bosco, le pidió ingresar al Oratorio de San Francisco de Sales en Turín. Allí organizó la Compañía de María Inmaculada.

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Junto con sus compañeros frecuentaba los sacramentos, rezaba el Rosario, ayudaba en los quehaceres domésticos y cuidaba de los niños más difíciles. Además, mantenía siempre un espíritu alegre. Le gustaba jugar y estudiar.

El primer biógrafo de Santo Domingo fue el propio Don Bosco. El Santo quiso conservar por escrito la vida aleccionadora y llena de amor del pequeño Domingo.

Se dice incluso que Don Bosco la releía de vez en cuando y, cada vez que lo hacía, las lágrimas terminaban rodando por sus mejillas.

En aquella biografía, Don Bosco no sólo relató aquellos pasajes de la vida de Domingo que podían revelar su precoz madurez espiritual, sino también esas imágenes que se quedaron para siempre en su memoria, como las varias ocasiones en las que vio a Domingo arrobado después de recibir la sagrada Comunión.

Cercanos a su fiesta que se celebra cada 6 de mayo, te presentamos una novena de preparación: