El Papa Francisco lavará los pies este Jueves Santo a 12 refugiados de la localidad de Castelnuovo di Porto, a las afueras de Roma (Italia) durante la Misa de la Cena del Señor, según confirmó el Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella, en un artículo publicado en L'Osservatore Romano.
Será la primera vez que el Pontífice no realice esta celebración del Triduo Pascual en la propia Roma si no a las afueras, en la Diócesis de Lazio. En 2014 acudió a la Fundación Don Carlo Gnochi-Centro "Santa María della Providenza", donde lavó los pies a una docena de enfermos. En 2015 celebró la Misa y el Lavatorio en la cárcel de Rebbibia, en la periferia de Roma, donde lavó los pies a doce detenidos.
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Francisco acudirá este año a uno de los centros de acogida donde se alojan aquellos que solicitan asilo como refugiados en Italia y que está gestionado por la cooperativa "Auxilium".
El centro acoge a más de 900 personas que han solicitado asilo en el país, la mayoría proviene de África.
Mons. Fisichella ha calificado este gesto de "un signo sencillo pero elocuente" y asegura que "lavando los pies de los refugiados, Francisco pide respeto para cada uno de ellos".
En el diario vaticano, explica a su vez que "este año, el Papa Francisco suele dar un viernes al mes un testimonio concreto de estas obras". "El próximo Jueves Santo, Francisco irá a Castelnuovo di Porto para estar con los jóvenes refugiados del Centro de Acogida de los solicitantes de asilo".
"La visita estará acompañada por la celebración del rito del lavatorio de los pies. El Papa se inclinará ante doce refugiados y les lavará los pies como signo de servicio y de atención a su condición", señala Mons. Fisichella.
En el artículo publicado en el diario del Vaticano, el Prelado explica también que "millones de refugiados están mostrando al mundo los verdaderos rasgos de un nuevo éxodo que mueve masas de desesperados sin hogar ni patria".
"Huyen, sin querer hacerlo, bajo la presión de la violencia gratuita, de la guerra inútil y de las dentelladas del hambre, hacia metas que a menudo son el producto de la imaginación más que de la realidad. Sin embargo, especialmente los países ricos de Occidente, permanecen indiferentes a un drama impresionante por su duración y por el número de personas involucradas...".
El responsable de Nueva Evangelización en la Santa Sede también recuerda que "entre las siete obras de misericordia corporales está, con su valor de provocación actual, la de la hospitalidad" por lo que "acoger a los refugiados se convierte para los cristianos en una expresión tangible para vivir el Jubileo de la Misericordia".