La Conferencia Episcopal de Paraguay se pronunció ante las acusaciones de abusos sexuales contra varios menores presuntamente cometidos por dos sacerdotes en la diócesis de Villarrica.
En un comunicado dado a conocer el 18 de marzo, el Obispo de Villarrica, Mons. Ricardo Valenzuela informó que los sacerdotes son los P. Gustavo Ovelar y P. Francisco Bareiro Acosta, que servían como Párroco y Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción.
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A solicitud del Obispo y del Provincial de los Oblatos de María Inmaculada, congregación a la que pertenecen ambos sacerdotes, los dos fueron separados de sus cargos a principios del año pasado. También están suspendidos de su ministerio tras haber sido acusados de abusar de menores y jóvenes entre los años 2011 y 2013.
El cese, explica el Prelado, se dio tras "las demandas emanadas en su contra, por supuesto abuso sexual de menores, quedando bajo la responsabilidad del Superior Mayor de la Congregación a la que pertenecen".
Mons. Valenzuela explica que en este caso está siguiendo el protocolo para investigar estos casos que editó la CEP en julio de 2015.
La diócesis de Villarrica, explica el Obispo, "reafirma su posición inclaudicable de que el abuso sexual infantil es a la vez inmoral y criminal, y desea ver a los responsables de los medios de comunicación como su aliado para exponer y ayudar a erradicar este mal".
"El ocultamiento de la verdad es una injusticia para con la víctima, un perjuicio para los delincuentes y un daño para la Iglesia y la comunidad en general", concluye.
Protocolo
Por su parte y el mismo 18 de marzo, la CEP publicó un comunicado en el que establece que el protocolo ha sido puesto en práctica "desde el momento en que surgió la denuncia".
Concretamente refieren que ya ha entrado en vigencia el punto "3.1.9, de la página 19 del protocolo donde se menciona que una vez que la denuncia esté en la sede penal, la investigación prevista en este Protocolo se deja en suspenso esperando la decisión de dicho tribunal".
"Movidos por el amor a la Iglesia y a la verdad sobre las enseñanzas del Señor, queremos hacer cuanto sea necesario –con caridad, pero con justicia– para evitar los males que provienen de las graves faltas, que algunos ministros de la Iglesia puedan cometer contra los más vulnerables", afirman los prelados.
Los obispos consideran importante el proceso que realiza la fiscalía y piden a Mons. Valenzuela que "siga de cerca el procedimiento y, por sobre todo, se mantenga en comunicación y cercanía con las víctimas y familiares", además de adherirse a su comunicado.
"Confiamos en que los superiores de la Congregación de los Oblatos de María Inmaculada adoptarán también todas las indicaciones y medidas contempladas en el Protocolo para el pleno esclarecimiento de los hechos", resaltan.